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Entre el almuerzo navideño de mi empresa y el de mis amigos, se coló la presentación del libro “Donde el perdón no llega”, opera prima de Ángel Vela y libro que he visto crecer como una criatura que va dando sus primeros pasos. Recapitulemos... viernes 14 de diciembre del 2018 a las 18:30 en Librería Cards Comics hay una sala para presentaciones y actos llamada Espacio Cultural Matraca, los asistentes esperábamos al autor que como una novia se hizo esperar un poco, luego aclaró que estaba medio pachucho y casi había tenido que pasar la actividad a otro día.
El presentador era Eduardo Cruz
Acillona, alguien a quién no conocía pero me pareció un personaje a seguir.
Realizó una presentación divertida en la que se esforzó por no revelar detalles
del argumento de la novela, básicamente la palabra más repetida mientras se
refería a la obra fue “violencia”. Luego entre medias salieron mil y una cosas,
como por ejemplo el porqué había un alebrije sobre la mesa o la necesidad de un
glosario de palabras de uso común en México que a los españoles no nos suenan
de nada. En las preguntas se puso de manifiesto que una amiga mexicana del
autor (Alyana Moonspell) había
pulido los diálogos de modo que resultasen creíbles, también se nos informó de
que un par de personas del sector sanitario habían leído la obra para ver si
las palabras o actitudes de los personajes eran coherentes con su profesión o
su enfermedad.
Está claro que el libro lo ha leído y ayudado a corregir mucha gente, que muchos de ellos son del mundo editorial se intuye, se nota en que no parece la obra de un escritor novel. Tampoco Ángel, con lo machacón y meticuloso que es, parece un autor al uso. Nos confirmó que la historia ha sufrido numerosas “podas” para darle ritmo y quitarle trozos que aportaban poco y ralentizaban durante la lectura. El libro se ha publicado en México y su ritmo de ventas es muy superior a lo que cabría esperar de un autor novel, seguramente la violencia de sus personajes atrae a muchos lectores ávidos de emociones fuertes.
Que en la presentación se hablase de correctores, de superhéroes, de
samuráis y de otras cosas tan diferentes demuestra que en la sala pululaban
varios frikis, autor del libro incluido. Se mencionó en varias ocasiones a Juan Alberto Hernandez, autor de la
portada. De hecho, se habló tanto y tan
bien de su trabajo que recordé eso de: “Dios te libre del día de las
alabanzas”. Autor y presentador son admiradores de su trabajo, ambos sólo
tenían palabras de admiración y elogio para él. En cuanto a la obra, se
mencionó que consta de dos personajes principales que son dos auténticos
volcanes violentos, cuyo encuentro trae el caos y varios secundarios
importantes incluido el alebrije. En realidad se dijo más, pero el autor me ha
prohibido que revele nada sensible y con ello me ata como al presentador a
repetir como un mantra la palabra violencia al referirme a la obra.
Como curiosidad, puedo señalar que nunca había oído a un presentador llamar mamón al autor tantas veces como en ésta, pero lo decía en el buen sentido y Ángel así lo comprendió. Se le acusó de crear un obra donde la violencia es muy pero que muy “heavy”. Una novela con un ritmo trepidante que no te arrastra... Te agarra de las solapas y te dice: “olvídate de dormir y prepárate para tener pesadillas”. Una historia no apta para mentes sensibles y que gustará a los seguidores del terror más oscuro y violento. Señoras y señores abran las páginas y viajen a México, la violencia más salvaje y depravada así como unos personajes bien trabajados les guiarán por los recovecos de unas mentes torturadas, odiarán y a la vez sentirán simpatía por ellos. Cojan el marcapáginas, abran la novela y sumérjanse en una obra que sin duda les sorprenderá.
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