Al muy ilustre señor don Luis Mejia.
Sepa
vuesa merced, que dada mi condición de comerciante, no fueron pocas las misivas
que redacté, pese a mi ascendencia humilde. Mas el inicio de ésta y como
hubiere de dirigirme a vuesa merced se me antoja difícil.
Es de ley que toda misiva se vea precedida por un cordial
saludo, y en el caso de tan insigne "caballero", con alguna loa por
el brillante papel que se os atribuye en la guerra que tan de cabeza trae a
esta España nuestra. No ha de ser el modo en que esta misiva comience, mas no
será por desconocimiento, sino por imposibilidad. Empezaré, pues más adecuado
me parece, haciéndoos saber que mi nombre, aunque poco habrá de importaros, es
el de Jacinto, apenas un vinatero de provincia que muy poco sabe de batallas y
nada de heroicas gestas. Soy hombre de campo, "caballero", sin más
logros y honra que los de saber que con sudor saqué adelante negocio y
hacienda, al tiempo que procuraba sustento y un techo donde vivir con cierta
holgura a mujer e hija.