domingo, 1 de febrero de 2009

El peso de la existencia

Sintió como una a una se cerraban las puertas al desandar lo andado.

Sintió el deseo de respuestas, pese a que con cada pregunta no hacía más que evocar la necesidad de plantear una docena de nuevas cuestiones.

Sintió que se encontraba ante un principio más escabroso y desalentador que el peor de los finales que hubiera podido imaginar.


Autor: Ángel Vela (palabras)

Correo electronico: lanaiel(arroba)hotmail.com

6 comentarios:

Vito Márquez dijo...

¡Qué cierto es, amigo mío, que no pesan -como nos machacaba esa famosa publicidad- "ni los años ni los kilos"! Pesan las preguntas que no nos atrevemos a contestar...

Ángel Vela dijo...

Saludetes ;)

Me alegra que cayera bien, al principio no sabía si era una paja mental demasiado intimista :)

Un abrazo. Nos leemos ;)

David J. dijo...

lo único que se, es que no es autobiográfico.

Ángel Vela dijo...

Pues no te falta razón, ejejej.

Aunque tengo más momentos de agobio de los que quisiera de un tiempo para acá.

Un abrazo ;)

Manuel Mije dijo...

El círculo vicioso de las preguntas. Sí que es muy intimista, pero no excesivamente oscurantista, se puede entender.

Ángel Vela dijo...

Ese Canijo!!!!!!!!

Y bueno, pues e alegra que se entienda, una de las cosas que más me rallan, son estos textos lleno de sibolimo que solo entiende el que lo lee, y en especial por lo que lo flipan y no saben que leyeron, ajajaa

Nos leemos ;)

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