El pequeño Manuel paseaba con su padre entre los pinos, como todos los chicos de ciudad se sentía insignificante rodeado de tantos sonidos y olores nuevos. Escuchó un fuerte golpe.
—¡Papá! Están llamando —dijo casi sin pensar.
—Esto es el campo, aquí no hay puertas — le aclaró su padre, mientras le mostraba un pájaro carpintero con los prismáticos.
—¡Papá! Están llamando —dijo casi sin pensar.
—Esto es el campo, aquí no hay puertas — le aclaró su padre, mientras le mostraba un pájaro carpintero con los prismáticos.
Micro originariamente pensado para las Ecoagendas de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía 2011)
2 comentarios:
Así son con los chicos de la ciudad también ven algo verde y les da la alergia, ni les cuento al polen o aromas naturales.
Excelente lecturas, gracias por lo que nos dejan.
Un fuerte abrazo
Gracias por comentar amigo, lo cierto que es que los que hemos nacido en una ciudad hemos perdido esa relación casi íntima que tienen los habitantes de los pueblos y el medio ambiente que les rodea.
Un abrazo tan largo como el viaje del Plus Ultra, desde Sevilla hasta Argentina.
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