Acompáñame, como el mar a la roca, como el ave al aire que le eleva, como el sonido a la voz, como el sentimiento al beso más sincero, al abrazo más tierno, como la herida a la caída, como la sangre al cuerpo, como el alma al corazón.
Acompáñame, como la mirada a los ojos, como una mano amiga a la de otra persona, como un camino a los pies de alguien que lo cruza, como hierba a la tierra, como estrella en el espacio, como nube al cielo, como luna al sol en un eclipse de eternos segundos.
3 comentarios:
Bello poema, que resuena al filo de la soledad.
Una llamada de socorro muuy tierna. Irrechazable.
Un saludo
Jesús Domínguez
Bueno coleguilla, pues este ya te lo comenté en tu blog. Creo que es de lo mejor que te he leido. COmo ya te comenté por allí: está claro que lo tuyo son las emociones.
Un beso. Nos leemos ;)
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