-Y bien, Sumter, ¿qué le trae por aquí? -preguntó sonriente el señor de bata blanca-. No, no me lo diga -interrumpió con un ademán al secretario, que terminaba de acomodarse en el asiento al otro lado del escritorio-. Naturalmente se trata del Holosystem, ¿me equivoco?
-No, doctor, no se equivoca. Lo cierto es que con este proyecto
-Entusiasmada, claro -intervino de nuevo el ingeniero-. Un invento de semejante magnitud, y discúlpeme la falta de modestia, no se realiza todos los días. Ni todos los años, desde luego, ni aun siquiera todas las décadas. El 'Estudio de Impacto', ¿lo ha visto ya?
-Ehm... sí, bueno, lo estuve analizando con el director general, y precisamente...
-¡Oh, maravilloso! No hará falta entonces que le diga que casi habría que remontarse a la invención de la rueda para encontrar un hito semejante en la historia de la tecnología.
-Bueno, ciertemante la trascendencia del invento es potencialmente...
-¡Extraordinaria! ¿Cómo no iba a serlo un invento capaz de cubrir prácticamente todas las necesidades humanas? Sí, mire por ejemplo el Holocom: es el paso siguiente en la evolución de las comunicaciones, el final del teléfono, del televisor, de Internet... no están muy por delante de las señales de humo si las comparamos con el dispositivo Holocom.
-Ése sin duda es uno de sus puntos fuertes -intercaló a duras penas el secretario entre la intervención del científico.
-¿Y qué me dice de la expansión Holoenergy? A mi parecer un componente fundamental del sistema. Incluya en su pedido un Holoenergy y no vuelva a pagar un céntimo por la electricidad en su hogar, ni en su oficina. Olvídese de la gasolina ¡Holoenergy ha llegado! Y sin generar una sola molécula contaminante.
-Ahí sí que hemos encontrado ciertas implicaciones... mmm, cómo le diría...
-Positivas, inimaginablemente maravillosas.
-El lobby petrolero tal vez no comparta este entusiasmo, doctor.
-Nimiedades amigo, pequeños detalles intrascendentes ante la dimensión de la nueva tecnología. ¿Cree que alguien se preocupará por el lobby petrolero cuando presentemos la ampliación Holofood? Se acabaron las hambrunas. ¿Una sequía, una plaga? ¡Ja ja ja! Los países pobres podrán adquirir sus ampliaciones Holofood para sintetizar alimentos, en una cantidad ilimitada, ¡y a partir virtualmente de la nada!
-Aun así, muchos no van a estar muy contentos de...
-En ese caso sólo han de incorporar a Holosystem un módulo Holofun, diversión ilimitada para todos los gustos... todos, ¿me entiende? -el secretario arqueó una escéptica ceja-. ¿Que no es suficiente? El componente integrado Holopsico será el amigo, el sacerdote y el terapueta perfecto para espíritus atormentados, todo al mismo tiempo. ¡Muerte al prozac, fuera la depresión!
El doctor hizo una breve pausa, respiró hondo y se deleitó recreando mentalmente el lugar que la historia guardaría para sí una vez el Holosystem fuera legado a la humanidad. Sería recordado, pensó, como el moderno Prometeo.
-Y bien, Sumter, discúlpeme por este entusiasta monólogo. ¿Qué había venido a decirme?
-Que está usted despedido, señor.
Autor: Ernesto Fernández (Weiss)
Correo electrónico: ernst1976(arroba)hotmail.com
9 comentarios:
Muy bueno, si señor. Una crítica totalmente cierta de como se mueve el mundo según dicte el dinero y los poderosos.
Muy bueno, Ernesto, sobre todo por la crítica a la que alude Fran. Por cierto, en cuanto salga al mercado me pido uno con todos los extras, cueste lo que cueste, jeje.
Así es el mundo, así quedan los nadies que lo habitamos...
besos
Saludos, coleguilla ;)
Mi opinión ya la tienes muy buen texto en todos los aspectos. Lo único, como ya te comenté, que creo el cierre podía mejorarse, (no es que sea puñetero,pero tu mismo te has puesto el listón muy algo. Ahora apeñuga con las criticas, ajajajaj ;)
Un abrazo ;)
canijo!!!!
Tal vez un holohipoteca, eh?
jeje
Soy Sharly, te felicito Ernesto la historia está bien aunque lamento que el final sea tan previsible. Ninguna empresa producirá jamás un lote de productos que cubra todas las necesidades ya que cubiertas ellas no quedarían clientes para el producto; sin clientes no sobreviviría la empresa y sin ella los directivos perderían su trabajo.
excelente texto.
Un saludo desde Isla Tortuga.
Me ha gustado.
Supongo que acabaremos siendo aún más dependientes de la tecnología para la vida diaria en el futuro... Aunque espero que no tanto.
Un saludo Ernesto.
Y por cierto: a ver si se pueden hacer las tertulias literarias los sábados noche en UTOPÍA, como ya comentamos, ja, ja, ja.
Nos vemos.
Pos no es mal sitio, Nogales; todo está en convencer al pincha que baje un poco la música. Vaya, pues estos días no he entrado por el Blog debido a mis muchos compromisos sociales, y no había visto los últimos posts, incluido éste. Pero ya se han acabado las bodas de mis colegas cercanos y sus correspondientes despedidas, así que tendré más tiempo para administrármelo a mi gusto. En fin, me alegra que haya gustado el relatillo. Y mira, el apunte de Scharly da precisamente en el clavo: ninguna empresa produciría jamás algo capaz de resolver todas las necesidades de sus clientes. De ahí ese final para la historia.
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