Reseña de la novela de Juan Miguel Aguilera publicada por Alamut y que ha sido galardonada con el Premio Celsius en la reciente Semana Negra de Gijón y nominada a los
Antes de leer un libro, la mayoría de las veces hago un pequeño recordatorio de lo que haya podido leer del escritor y ver qué me parecieron esas anteriores lecturas. De Juan Miguel Aguilera solo conocía sus obras de oídas, pero sí recordé al leer su bibliografía una de ellas, Rihla, la cual me dejó un buen recuerdo por su mezcla de novela histórica, fantasía y ciencia ficción de una manera fascinante. Hete aquí pues que los antecedentes eran buenos y leí La Red de Indra con buena predisposición.
Y realmente he disfrutado con su lectura. Podría describirse como una novela de aventuras, con toques de technothriller y de ciencia ficción hard. Precisamente este último toque podría echar para atrás a muchos futuros lectores. Pues no, la parte o partes en que toca este tema de máquinas o explicaciones más científicas no se hace densa y es más, casi ni me daba cuenta de que estaba ante ella por lo bien mezclada que se encuentra en la historia que Aguilera nos está describiendo. Eso sí, al no ser un lector asiduo o experto en el hard, algunas de las explicaciones no terminaron de quedarme claras, pero no impidieron que la lectura avanzase a buen ritmo.
Tendremos desde viajes en el tiempo a visitas a universos paralelos e incluso alguna maniobra militar, todo ello para aderezar una gran aventura en torno a un extraño artefacto que aparece tras los análisis de un satélite y en torno a su excavación e investigación van pasando los diferentes personajes que habitan en la novela, con unos caracteres muy bien definidos ya que tiene que tratar desde investigadores a informáticos o militares cada uno de ellos con su peculiar forma de ser o hablar. Y añado que son unos personajes con mucho camino o recorrido dentro de la novela y aunque haya unos protagonistas, más o menos claros, para mí, el ayudante de la profesora es un descubrimiento como personaje.
Esto ya lo hago como apunte personal, y no sé si acertaré, pero el final que Juan Miguel plantea, puede darnos a pensar que la aventura no está terminada y que si las musas lo acompañan podremos tener una continuación de las andanzas de los personajes de La Red de Indra.
Ayuda también en el desarrollo de la trama, que el escritor coloca a lo largo de ella unos diálogos muy precisos, para irnos conduciendo con buena mano y al tener unos capítulo breves, hace que la tensión por descubrir los diferentes misterios o enigmas que se no van planteando hagan que pasemos la hoja rápido por seguir leyendo.
De verdad os digo que me costó y mucho no leérmelo del tirón. Y ya con tan buenos dos precedentes, lo próximo que lea de Aguilera sé que me va a gustar.
Autor
Juan Miguel Aguilera nació en Valencia en 1960. Es un escritor de ciencia ficción. Sus primeras obras están escritas en colaboración con Javier Redal. Son historias enmarcadas en la ciencia ficción dura (hard) y ambientadas en La Saga de Akasa-Puspa. Mundos en el abismo y sus continuaciones Hijos de la eternidad y Mundos y demonios combinan una trama típica de Space Opera con elementos de ciencia ficción hard.
El refugio muestra una gran influencia científica en biotecnología, bioquímica, comunicación entre especies o en evolución. También ha colaborado con el conocido autor Rafael Marín. En su obra en solitario deja en un plano secundario los detalles más estrictamente científicos y mezcla elementos de fantasía, en un género que él mismo califica de "historia especulativa". También ha participado como guionista de la película Náufragos y en el cómic Avatar. Como ilustrador ha elaborado numerosas portadas para libros de ciencia ficción.
Ha recibido los premios Ignotus, Alberto Magno, Imaginales de la ciencia ficción francesa, Bob Morane de Bélgica, y Julio Verne. Entre los años 2000 y 2002 fue el presidente de la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror.
Edición
Rústica con solapas
320 páginas
Alamut / Bibliópolis
Sinopsis
Laura Muñoz es una madura profesora de física que ha llevado una vida intensa, incluyendo dos divorcios y su participación en la Iniciativa de Defensa Estratégica durante la Guerra Fría. Ahora se prepara para afrontar la parte que supone más sosegada de su carrera. Se equivoca. El inesperado reencuentro con su primer marido, el coronel Jim Conrad del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, la conduce a ella y a su joven ayudante Neko a viajar a un lugar remoto para enfrentarse a un misterio de colosales proporciones.
Un satélite militar estadounidense ha descubierto un objeto enterrado a gran profundidad en la meseta Laurentina canadiense. Se trata de una geoda perfecta de dos kilómetros de diámetro, para la que los geólogos no encuentran ninguna explicación racional. Además, este asombroso artefacto tiene al menos dos mil millones de años de antigüedad. Los militares norteamericanos se han hecho cargo de la situación y han levantado sobre ella una base destinada a investigarla. Pero los problemas con el gobierno canadiense no tardan en surgir, y todo se complica cuando Jim Conrad descubre que hay un traidor entre sus hombres. En esas circunstancias, sólo puede confiar en Laura para que le ayude a desentrañar el misterio de la geoda.
Pero nada de lo que habían imaginado les había preparado para lo que iban a encontrar en su interior...
Lo mejor: Atrapa de buena manera al lector y mezcla muy bien los géneros que la componen.
Lo peor: No soy muy experto en el hard, con lo cual no me terminaba de quedar clara alguna de las explicaciones.
Nota: 75
Reseña publicada originalmente en OcioZero
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