miércoles, 6 de octubre de 2010

Benjamín (Federico Axat)

Con la pregunta de la portada “¿Qué hacen tus seres queridos cuando están solos?, es más que suficiente para desear tener esta magnífica novela en las manos.

Ben está enfadado, muy enfadado, con su egoísta madre y como cualquier niño de su edad piensa en desaparecer, en escaparse de casa. Tras pensarlo, decide subir y esconderse en el desván.

Al principio, la familia conserva la esperanza de que el niño siga vivo, pero tras buscarlo incesantemente sin conseguir nada, comienzan a aceptar lo que posiblemente haya sucedido: Ben habrá muerto.

Nada más lejos de la realidad, pues el niño sigue allí, observándolos desde el desván, descubriendo sus secretos, y decidiendo incorporarse poco a poco en sus vidas de un modo inusual y terrorífico…


Tengo que decir —y ésta es mi humilde opinión, pero creo que muchos la compartirán— que Federico Axat ha conseguido con esta novela que pase verdadero terror. Y ustedes se preguntarán el porqué, tras haber leído el argumento. Aquí podría extenderme mucho, y esto es una reseña, no un análisis filológico o literario, pero aún así quisiera hablar un poco sobre lo que estuve meditando mientras leía la novela.

El año anterior y también éste estuve estudiando en términos literarios “Lo siniestro” de Freud. Digamos que Freud lo que nos señala (por resumir) es que aquello que antes nos resultaba familiar, ahora vuelve a nosotros como algo siniestro o peligroso, y a su vez, nos hace pensar que ese algo siniestro ha estado siempre escondido y oculto, que es como siempre debería estar. Como dice Schelling: “Todo lo que debería permanecer secreto, pero se manifiesta”.

En Benjamín lo familiar pasa a mostrar su verdadera cara, y es que ya nos lo dice la frase que encontramos en la contraportada “El miedo se transforma en terror cuando se esconde en las entrañas de tu casa”. Verdaderamente, los fantasmas del pasado son implacables, al igual que lo es nuestro otro “yo”, ese que llevamos en el interior y que puede acabar convirtiéndose en un despiadado monstruo.

Federico Axat realiza un gran trabajo con Benjamín. A través del protagonista, Ben, conoceremos mejor a los personajes, los cuales están perfectamente definidos, y en ocasiones los amamos, en otras los odiamos, e incluso acabamos sintiendo temor por ellos. Así pues, es interesante descubrir las reacciones de la familia de Ben: su madre Danna, su padre Robert y su hermana, Andrea; pero también la del amigo de la familia, Michael, y de otros personajes que desempeñan a su vez otras funciones en la trama, como Rosalía, la criada. Es verdaderamente excepcional la forma en que Axat traza el perfil de estos personajes, tan cercanos a nosotros a veces.

No obstante, parece ser Ben una especie de “dios” que maneja a su antojo a los personajes, los lleva por caminos que él desea e incluso los utiliza para lograr lo que quiere.

Por otra parte, la narración es fluida, y en ningún momento encontramos elementos que pudiesen llegar a ser innecesarios; aunque en algunos momentos el desarrollo de ésta pase a ser más lento continuaremos deseando saber qué va a suceder a continuación, envolviéndonos en una espiral de temor, de duda, de terror, llenos de preguntas. El lenguaje empleado por Axat es magnífico, y sé que hace unos días hablé de otro escritor al que denominé un “nuevo rey” pero ahora aquí tenemos a otro, y tampoco me arrepiento de decirlo, si bien cada uno en sus formas y con su propio estilo.

En algunos momentos emplea la cursiva para desvelarnos los auténticos pensamientos de los personajes, y dichos pensamientos resultan turbadores e incluso obscenos, hacen que nos replanteemos muchas cosas que ya hemos leído, porque en realidad algunas actitudes y acciones de los personajes son increíbles. A través de esos recuerdos y de flashbacks también nos transportaremos al pasado de los personajes: son tan de carne y hueso que esconden secretos que deberían permanecer ocultos.

Así, la trama irá evolucionando, envuelta por todos estos elementos, retrocediendo y volviendo al presente, sumergiéndonos en un incontrolable torbellino de sensaciones, acercándonos al momento cumbre en el que descubriremos la verdad, una verdad que nos dejará completamente sorprendidos y echará abajo todas nuestras suposiciones.

3 comentarios:

A-Zeta (Certamen de microrelatos abierto a participación) dijo...

me apunto ese libro, más después de esta reseña..

Anónimo dijo...

A-Zeta te lo recomiendo mucho ;)

Donativos dijo...

Tiene buena. Gracias.

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