El superfluo y enigmático don que me otorgaron duerme en mi pluma cual dádiva de algún Dios desentrenado en hacer regalos.Domar una libélula en rebeldía, pintar de dorado trigueño alguna columna que sostenga al mundo… todo me es posible… lo coherente y lo absurdo, porque todo lo que entraña el casillero que albergo en mi interior me fue concedido para transformarlo en voces de tinta.
Juan Astral - Habitación 127 1/2
-
*Primera entrega de la epopeya existencial de este pícaro moderno…*
Sugerencia musical para la lectura
Juan no siempre fue Astral, antes fue Gómez, ...
Hace 5 años
0 comentarios:
Publicar un comentario