Presentación-Una idea peligrosa
Cuando desde la dirección de Generación Zero se nos hizo saber que el siguiente número, el que ahora mismo estás leyendo, versaría sobre Ciencia Ficción, fue casi instantáneo pensar en Lem. ¿Por qué Lem? La lista de nombres que han escrito Ciencia Ficción es casi inabarcable y, por suerte para los afectos al género, aquellos cuyas obras son reseñables también se cuentan por decenas: Isaac Asimov, Philip K. Dick, Arthur C. Clarke, Frederik Pohl, Orson Scott Card, Ray Bradbury, Dan Simmons, H. G. Wells, el propio Howard Phillips Lovecraft en algunas ocasiones... y esto sin ser exhaustivos con la recopilación de talentos, que podría extenderse durante muchos más nombres y aun así siempre habría alguien que nos acusaría de haber olvidado a su favorito. ¿Qué tiene, pues, de especial Stanislaw Lem? La respuesta es compleja en muchos aspectos pero sencilla en otros, pues si algo tiene Lem que no tiene nadie más es Solaris. Se pueden alegar artefactos, teorías y personajes fabulosos; psicohistorias, replicantes, dos mil unos, pórticos, Ender y los cerdis (sí, sí, los cerdis, esos seres fantásticos y simpáticos incluso en los momentos más dramáticos, ¿quién no querría un cerdi por mascota o amigo?)... pero quizá, y sólo quizá, Solaris vaya más allá de todos ellos al condensar en menos de trescientas páginas algunos de los temas más importantes de la Ciencia Ficción y, además, ofrecer una lectura demoledora de uno de los pilares de las sociedades desarrolladas contemporáneas desde finales del siglo XIX, la ciencia.