Manuel Vela Filigrana, más allá de consagrar su vida a aprender y desarrollar el arte de elaborar castañuelas, estudió sus orígenes; esto le llevó a escribir varios libros sobre éstas y su historia, a dar numerosas ponencias, y a realizar fieles recreaciones de cuantos instrumentos las precedieron, que encontró en libros, pinturas y grabados que se remontaban a los orígenes del hombre. Auténticas obras de arte que más tarde donaría.
A día de hoy, junto a sus herramientas y algunas fotos, puede verse en el Museo de Artes y Costumbres de Sevilla el banco donde trabajaba, en reconocimiento a su labor una calle de la ciudad lleva su nombre y varios años después de su muerte, familiares, amigos y muchos de los vecinos de la Barriada de Carmen recuerdan con cariño y admiración al que conocieron como "Filigrana".
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