martes, 18 de mayo de 2010

Alaindelón

María estaba de pie junto a la estatua de la Plaza Nueva, esperando a “Alaindelón”, su ligue de internet. Llevaba el vestido rojo con pamela que había prometido, y buscaba entre los transeúntes a un apuesto galán vestido de gris y con una flor en la solapa.

–¿Damarroja? –la asustó una voz a su espalda.

María se giró para contemplar a un inmenso hombre atrapado en un estrechísimo traje gris. De su solapa pendía, cabizbajo y reseco, un clavel rojo.

–¿Alaindelón? –dijo María más asustada que sorprendida.

–Llámame Agustín, o Tino –respondió el hombre acercándose para darle un beso.

–Ah, sí…yo me llamo María –dijo ella ofreciéndole la mano.

Tras un breve monólogo de Tino acerca de adonde podrían ir, se encaminaron hacia un horno situado justo frente a la Catedral. María estaba avergonzada, no sabía qué hacer. Ella había quedado con “Alaindelón”, el seductor, el simpático, el inteligente, y no con Tino, el enorme, el sudoroso, el de la cabeza de patata monda.

La cita terminó al poco de haber pedido las dos primeras cervezas, porque María recibió una extraña llamada que la obligaba a marcharse corriendo a un lugar adonde Tino no podía llevarla.


Esa misma noche, María cambió de seudónimo, de foro de encuentros y de firma, que de “Lo importante es lo de dentro” pasó a ser “Todo importa”.



6 comentarios:

María (LadyLuna) dijo...

Qué penita de Tino.

Pero a ver, todo importa, y eso es algo que por mucho que queramos ¡no podemos negar!

Un besito.

Manuel Mije dijo...

Pues sí, la verdad es que todo importa. Lo malo es que a veces el personal no lo deja claro porque queda mal, y los que sí lo dijeron en serio terminan pasando un mal trago sin necesidad. ¡Ay, cuántos Tinos hay en el mundo!

Un abrazo.

J.R.Infante dijo...

Los nuevos tiempos tienen estos inconvenientes a la hora de ligar, aunque la sorpresa puede ser aún mayor.Es como invertir el orden de las cosas: un encuentro casual, una mirada,alguien que nos presentan...luego viene lo de dentro, que es lo que importa si, pero primero nos hemos cruzado las miradas.
Un saludo

Manuel Mije dijo...

Bueno, la cita a ciegas siempre ha dado mucho juego en ese sentido, pero es verdad que Internet empieza a imponer su ley y obligar a usar sus maneras. De todos el modos el flirteo presencial sigue ahí, y tan lleno de sorpresas como el otro, eso seguro, jeje.

Un saludo.

Óscar Torres Gestoso dijo...

Estoy de acuerdo con el relato pero con un matiz... todo importa al menos en un primer momento (vi un en programa de redes que tiene una explicación científica...) pero bueno, dejando esto de lado, no me da pena Alain, porque el también lo habrá hecho alguna vez (rechazar algo que no nos gusta, forma parte de nuestra naturaleza y es una factor humano). Por cierto: El relato genial :)

Manuel Mije dijo...

Cierto, el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra, jeje. Aunque me parece a mí que Tino es más de los rechazados que de los que rechazan, el pobre...

Gracias por pasarte.

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