Sinopsis: El Monstruo en mí es un compendio de relatos que indagan en la existencia de lo monstruoso en nuestro entorno en registros que van desde el realismo más terrible a la ciencia ficción más ambiciosa pasando por la más absoluta fantasía. La antología incluye las siguientes obras:
· La ciudad inhabitada
· No habrá descanso en la muerte
· Ocho esferas plateadas
· Todo está hecho
· Casa ocupada
· Tumbas en la ciudad
· Ni el infierno querrá tu alma
· De sueños y monstruos
· El hombre que soñaba con mariposas
Reseña: En 1886, Robert Luis Stevenson publicaba «El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde» (en ingles «Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde»), una novela que exploraba la dicotomía psicológica del ser humano. La finalidad del autor era evidenciar la hipocresía social que juzga exclusivamente por las apariencias, obligando a las personas a reprimirse públicamente. Sin embargo, esta cohibición solo era soportable mediante la satisfacción privada de una serie de deseos «cuestionables». En consecuencia, se generaba una dualidad en el compartimiento del individuo, que daba lugar a dos personas completamente diferentes dentro de un mismo cuerpo. Este conflicto interior, que viene a representar la eterna lucha entre el bien y el mal, sigue vigente en la actualidad. Y podría decirse que ha encontrado nuevas formas de manifestarse, pero también de ocultarse a nuestros ojos.
En «El monstruo en mí» J. Ignacio Becerril utiliza la ambigüedad para manipular la psicología del lector, obligándole a replantearse todo lo leído cuando apenas quedan unas pocas líneas o palabras para concluir el relato. El autor nos demuestra la rapidez con la que conformamos nuestros juicios y clasificamos a los personajes en base a nuestros prejuicios, sin esforzarnos por conocer todos los detalles de la historia. Las apariencias nos engañan y ese es nuestro mayor error. De ahí que cada relato conlleve una reflexión, un mensaje más complejo que se oculta tras la convicción de saber lo que va a ocurrir a continuación.
A pesar de la amplia temática, el factor sorpresa es el elemento común de todos los relatos que conforman esta antología. El mejor ejemplo es «La ciudad inhabitada», un relato en el que predominan los interrogantes acerca del origen que explicasen la presencia de un mal invasor y que podría considerarse una excelente metáfora del título.
Algo similar a «De sueños y monstruos» u «Ocho esferas plateadas» que demuestran la existencia de monstruos en la vida real, capaces de sobrepasar los límites de nuestra imaginación para adquirir una presencia física a través de nosotros y ejecutar el mal para el que fueron concebidos. Sin embargo, junto a «Tumbas en la ciudad», conforman los relatos más simples y no terminan de encontrarse a la calidad narrativa del resto.
Si bien, J. Ignacio Becerril nos plantea un interesante interrogante en «Todo está hecho», «Ni el infierno querrá tu alma» y «No habrá descanso en la muerte». En estos tres relatos, la venganza representa un nexo en común que impulsa a sus protagonistas a actuar en contra de sus principios para poder perpetrarla contra los auténticos monstruos. Por ello, sitúa al lector ante la disyuntiva de posicionarse a favor o en contra de ellos, haciéndole replantearse si el fin justifica los medios.
No obstante, «El monstruo en mí» consigue destacar sobre otras antologías por dos relatos: «Casa ocupada» y «El hombre que soñaba con mariposas». El primero es un autentico tributo a la literatura fosca que no decepcionará a sus seguidores y permitirá el resto una primera aproximación a este género. Un cuento tenebroso protagonizado por una peculiar familia de proscritos, en la que el amor es sinónimo de dolor. Sin embargo, la inocencia infantil consigue imponerse sobre la maldad adulta. Una historia que estremece y conmueve a partes iguales.
Por último, «El hombre que soñaba con mariposas» no es un relato propiamente dicho, sino una novela corta que el punto final perfecto a esta antología. Una pesadilla que comienza al despertar y nos describe un mundo similar al concebido por Robert A. Heinlein para «Starship Troopers». El ser humano ha perdido su primacía como especie dominante y ahora son otras las que ocupan su lugar, mientras nosotros quedamos reducidos a meras presas, un alimento fácil de conseguir y todavía más fácil de devorar. Sin embargo, pronto descubriremos que a pesar de lo terrible que pueda parecernos nuestro presente, siempre hay esperanza para un futuro mejor.
Al igual que si nos paseásemos por un laberinto de espejos, «El monstruo en mí» nos muestra todas las perspectivas que pueden conformar la misma realidad. Cada reflejo será diferente al anterior, pero será solo una cuestión de apariencia porque el objeto o la persona no cambian de uno a otro.
VALORACIÓN: 7/10
LO MEJOR: La capacidad de sorprender al lector con cada final. La dualidad de los personajes en «Todo está hecho» o «No habrá descanso en la muerte». Los relatos «Casa ocupada» y «El hombre que soñaba con mariposas».
LO PEOR: Algunos relatos como «Tumbas en la ciudad» o «Ni el infierno querrá tu alma» no convencen y tienen una calidad narrativa muy inferior al resto.
Sobre el autor: José Ignacio Becerril Polo, Nachob (Zaragoza, 1966). Padre de familia feliz y escritor aficionado muy aficionado a escribir, lleva desde el 2006 publicando y compartiendo sus cuentos e historias en diversas páginas de Internet con mayor o menor fortuna. Ha tratado de participar también en el mayor número de certámenes, antologías y publicaciones que ha podido, con relativo éxito. En todo caso no se puede quejar porque el viaje ha sido divertido y ha conocido muy buena gente.
· La ciudad inhabitada
· No habrá descanso en la muerte
· Ocho esferas plateadas
· Todo está hecho
· Casa ocupada
· Tumbas en la ciudad
· Ni el infierno querrá tu alma
· De sueños y monstruos
· El hombre que soñaba con mariposas
Reseña: En 1886, Robert Luis Stevenson publicaba «El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde» (en ingles «Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde»), una novela que exploraba la dicotomía psicológica del ser humano. La finalidad del autor era evidenciar la hipocresía social que juzga exclusivamente por las apariencias, obligando a las personas a reprimirse públicamente. Sin embargo, esta cohibición solo era soportable mediante la satisfacción privada de una serie de deseos «cuestionables». En consecuencia, se generaba una dualidad en el compartimiento del individuo, que daba lugar a dos personas completamente diferentes dentro de un mismo cuerpo. Este conflicto interior, que viene a representar la eterna lucha entre el bien y el mal, sigue vigente en la actualidad. Y podría decirse que ha encontrado nuevas formas de manifestarse, pero también de ocultarse a nuestros ojos.
En «El monstruo en mí» J. Ignacio Becerril utiliza la ambigüedad para manipular la psicología del lector, obligándole a replantearse todo lo leído cuando apenas quedan unas pocas líneas o palabras para concluir el relato. El autor nos demuestra la rapidez con la que conformamos nuestros juicios y clasificamos a los personajes en base a nuestros prejuicios, sin esforzarnos por conocer todos los detalles de la historia. Las apariencias nos engañan y ese es nuestro mayor error. De ahí que cada relato conlleve una reflexión, un mensaje más complejo que se oculta tras la convicción de saber lo que va a ocurrir a continuación.
A pesar de la amplia temática, el factor sorpresa es el elemento común de todos los relatos que conforman esta antología. El mejor ejemplo es «La ciudad inhabitada», un relato en el que predominan los interrogantes acerca del origen que explicasen la presencia de un mal invasor y que podría considerarse una excelente metáfora del título.
Algo similar a «De sueños y monstruos» u «Ocho esferas plateadas» que demuestran la existencia de monstruos en la vida real, capaces de sobrepasar los límites de nuestra imaginación para adquirir una presencia física a través de nosotros y ejecutar el mal para el que fueron concebidos. Sin embargo, junto a «Tumbas en la ciudad», conforman los relatos más simples y no terminan de encontrarse a la calidad narrativa del resto.
Si bien, J. Ignacio Becerril nos plantea un interesante interrogante en «Todo está hecho», «Ni el infierno querrá tu alma» y «No habrá descanso en la muerte». En estos tres relatos, la venganza representa un nexo en común que impulsa a sus protagonistas a actuar en contra de sus principios para poder perpetrarla contra los auténticos monstruos. Por ello, sitúa al lector ante la disyuntiva de posicionarse a favor o en contra de ellos, haciéndole replantearse si el fin justifica los medios.
No obstante, «El monstruo en mí» consigue destacar sobre otras antologías por dos relatos: «Casa ocupada» y «El hombre que soñaba con mariposas». El primero es un autentico tributo a la literatura fosca que no decepcionará a sus seguidores y permitirá el resto una primera aproximación a este género. Un cuento tenebroso protagonizado por una peculiar familia de proscritos, en la que el amor es sinónimo de dolor. Sin embargo, la inocencia infantil consigue imponerse sobre la maldad adulta. Una historia que estremece y conmueve a partes iguales.
Por último, «El hombre que soñaba con mariposas» no es un relato propiamente dicho, sino una novela corta que el punto final perfecto a esta antología. Una pesadilla que comienza al despertar y nos describe un mundo similar al concebido por Robert A. Heinlein para «Starship Troopers». El ser humano ha perdido su primacía como especie dominante y ahora son otras las que ocupan su lugar, mientras nosotros quedamos reducidos a meras presas, un alimento fácil de conseguir y todavía más fácil de devorar. Sin embargo, pronto descubriremos que a pesar de lo terrible que pueda parecernos nuestro presente, siempre hay esperanza para un futuro mejor.
Al igual que si nos paseásemos por un laberinto de espejos, «El monstruo en mí» nos muestra todas las perspectivas que pueden conformar la misma realidad. Cada reflejo será diferente al anterior, pero será solo una cuestión de apariencia porque el objeto o la persona no cambian de uno a otro.
VALORACIÓN: 7/10
LO MEJOR: La capacidad de sorprender al lector con cada final. La dualidad de los personajes en «Todo está hecho» o «No habrá descanso en la muerte». Los relatos «Casa ocupada» y «El hombre que soñaba con mariposas».
LO PEOR: Algunos relatos como «Tumbas en la ciudad» o «Ni el infierno querrá tu alma» no convencen y tienen una calidad narrativa muy inferior al resto.
Sobre el autor: José Ignacio Becerril Polo, Nachob (Zaragoza, 1966). Padre de familia feliz y escritor aficionado muy aficionado a escribir, lleva desde el 2006 publicando y compartiendo sus cuentos e historias en diversas páginas de Internet con mayor o menor fortuna. Ha tratado de participar también en el mayor número de certámenes, antologías y publicaciones que ha podido, con relativo éxito. En todo caso no se puede quejar porque el viaje ha sido divertido y ha conocido muy buena gente.
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