Los pequeños hermanos jugaban sin parar, corrían y saltaban, exploraban y aprendían, mientras esperaban la llegada de mamá con sus ubres repletas de dulce leche. A lo lejos, en el camino forestal, se escuchó un golpe fuerte y el acelerar de un todo-terreno.
Las cuatro crías de lince siguieron jugando inconscientes de su orfandad y su desamparo…
Las cuatro crías de lince siguieron jugando inconscientes de su orfandad y su desamparo…
Micro originariamente pensado para las Ecoagendas de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía 2011)
0 comentarios:
Publicar un comentario