Las palabras que nunca te dije penden de mis silencios y le hablan a mi alma de despedidas acalladas.
El tiempo de todo lo silenciado busca el perdón en mis sentidos para llegar a la certeza de que mi piel te echa de menos.
Busco excusas y me aferro a lo irremediable del destino pero es la realidad de las ausencias la que golpea a esa parte de mi conciencia que guarda recuerdos de ti.
Afrontaré esas noches en vela, esas que se llenan de lo que pudo ser.
Asumiré las horas en las que mis latidos intentan silenciar a mi memoria.
Seguiré enredada en el vacío del silencio, en las palabras que no llegaron a existir porque volaron detrás de un adiós vaciado de razones.
2 comentarios:
Siempre nos arrepentimos de las palabras no dichas durante las ausencias. Precioso relato. ¡Enhorabuena, guapa!
Aquí no te esperaba jajajjaja Gracias por estar siempre al pie del cañón ;)
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