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Bueno, pues tras una pausa más o menos larga, retomo las columnas. A ver cuánto dura la cosa, porque temas de los que escribir hay, pero el tiempo no ayuda. Hoy vengo a hablar de algo que me parece preocupante. Una amenaza que crece a pasos agigantados y quiero pensar que es pesadilla de más de un lector, entre los cuales me cuento. Se intentará no ser alarmista sin que por ello se le llegue a quitar hierro al asunto. Y tras esta introducción, vamos con ello.
Lectores, el escaso sitio en nuestras estanterías, siempre en peligro de extinción, quizás algo atenuado por la salida del e-book, afronta hoy un nuevo problema.
Quiero aclarar antes que nada, por innecesario que pudiera parecer, que estoy generalizando, y que obviamente, como se suele decir: no son todos los que están, pero están todos los que son.
El que me conozca sabrá que llevo años moviéndome por foros, y aunque no me considere un lector de género ni un protoescritor de género, son este tipo de foros los que suelo frecuentar. En parte por afinidad con los pobladores, en parte porque no conozco muchos foros que no sean del palo que merezcan la pena.
Por otro lado advertir que hablaré de mi experiencia personal de cada día. Estoy lejos de embarcarme en estudios de mercado y demás.
Supongo que a estas alturas os preguntaréis: ¿Pero me va a terminar hablando de algo? Sí, sí, a eso vamos.
No sé si es impresión mía, pero creo que en la literatura de género se da una curiosa peculiaridad: hay tantos lectores como escritores. Todo el que está en el mundillo parece darle a la tecla con mayor o menor fortuna. Algo que creo que se lleva dando desde hace bastante tiempo, pero que de un tiempo a esta parte se ha visto abocado a ciertos cambios.
Antes esta nueva hornada de autores no solían pasar en su mayoría de colgar algún relato en un foro o colar algún texto en alguna antología que solía ser propuesta por los mismos foros. Y de entre ellos siempre había alguno que despuntaba, y era ése el que, con mayor o menor fortuna, terminaba dedicándose a escribir a tiempo parcial y sacando una novela de vez en cuando. Y ése era uno de los elegidos, uno de los que había conseguido traspasar la difícil barrera y publicar. Pero eso era antes...
Es un hecho que a día de hoy, por mucha crisis que tengamos, más allá de la pasión por la literatura o el tratar la edición como un negocio que se conoce y del que se intenta vivir, se cuenta con la ventaja de la impresión digital y un montón de historias que abaratan los costes de publicación y permiten las tiradas mínimas. Y si a esto le sumamos el hecho de que el estado da ayudas por montar editoriales sin otro requisito que el de publicar X libros al año, nos encontramos con un crecimiento desmesurado de pequeñas editoriales. Entre éstas, indudablemente, están las que lo dan todo, las que publican asiduamente y tiene un criterio de calidad aceptable; pero no siempre es el caso.
Esto hace que un porcentaje X de gente no cualificada, o que no busca más que una subvención, se ponga a editar. El problema comienza cuando un aluvión de esta nueva hornada de escritores se pone en contacto con el aluvión de editoriales nuevas y empiezan a salir libros al mercado.
De un tiempo a esta parte, por ridículo que parezca, empieza uno a sentirse raro en unos foros en los que todo el mundo, menos yo, parece tener novela jejejeje.
Recapitulando, nos vemos ante el hecho de que un montón de escritores y editoriales, mejores o peores, confluyen y empiezan a salir libros a porrillo. Obviamente sale de todo, y los foros empiezan a llenarse de noticias de conocidos o amigos diciendo: Tío, tal tal ediciones (una editorial que en el 90% de los casos no sabías ni que existía) me va a sacar una novela. En ocasiones piensas: pues leí varios relatos de este tío y me parece lógico que le publiquen, ya estaban tardando. Pero esto no suele ser lo común.
Luego sigues el hilo y te enteras de lo que va el libro, en el 90 % de los casos alguien tuvo la feliz idea de reescribir Harry Potter, el Señor de los Anillos, Juego de Tronos, Crepúsculo u otra novela de zombis, a veces tan vergonsozamente parecida al original que hay que llamarlo homenaje. Y la diferencia apenas radica en que en lugar de elfos se llaman yuris, y son verdes, o que en lugar de un estúpido niño con gafas, es una niña marginada que descubre que en realidad es un hada. Lo bueno, que al menos en estos casos ya estás a la defensiva y tu bolsillo no se resiente, o no debe resentirse. Porque es cuando llegamos al momento del acoso y derribo.
Llegando a este punto, veintemilmillones de amiguitos de Facebook, que en la mayoría de los casos ni conoces o no te hablan desde hace un siglo, empiezan a mandarte invitaciones a eventos o incluso te llaman por teléfono para "compartir su alegría contigo" e invitarte a la presentación de su novela, de lo cual en muchos casos te alegras, pero en otros no tanto, e incluso en el segundo caso, si te coge en tu ciudad y el tipo es tu amigo o amigo de un amigo pues vas, porque en el fondo es un buen momento para reencontrarse con mucha gente y a uno le van estos saraos.
Una vez allí te encuentras el libro a la mano y le echas un ojo por encima, y en un porcentaje muy alto te sobra media cuartilla para darte cuenta que estás ante un aborto de novela, llena de repeticiones, mal puntuada, con faltas y un largo etc. Y te echas a temblar. Ya no por lo que cueste, sino por el problema de las estanterías y la sensación de estafa. Te podías gastar el mismo dinero tomándote unas cañas con los colegas pero luego, ¿qué haces con el libro? Yo no sé vosotros, pero soy incapaz de tirar un libro por malo que sea, y uno no tiene tantos conocidos lectores a los que aprecie tan poco como para hacerle regalos de ese tipo. Aparte uno se siente mal, como en el cuento de Stevenson del diablo en la botella, pasando la maldición a otros. Por lo que, si al final te ves en el compromiso de comprarlo, pasa a criar polvo en tus estanterías hasta que puedes darle largas o acabes por donarlo a una biblioteca.
Una de las cosas que más me sorprende, más allá de que el autor no parezca tener consciencia de su aborto, es que éste te llegue pavoneándose, en ese día en el que es el niño del bautizo (estoy firmemente convencido de que la tontería del autor es inversamente proporcional a la calidad de lo que escribe), y te diga algo del tipo: la escribí en dos meses. Y es cuando tú te muerdes la lengua para no decirle: se nota.
En lo que va de año he recibido varias invitaciones, y conseguí librarme de alguna que otra muy chunga. Tambíen me salva el ser muy sincero, y el decirle a más de uno: mira no lo compro porque no sabría qué hacer con tu libro, o no tiene mucho sentido que me compre un libro que no voy a leer. Sé que puede resultar cruel o molestar, y lo duro que es o debería de ser para un autor escribir un libro (siempre y cuando no sea una parida escrita a vuelapluma) yo mismo lo intento hace años y a día de hoy no fui capaz, pero no concibo el comprarme un libro por amiguismo.
No obstante, estando como quien dice a principios de marzo, ya fui a varias presentaciones, y compré algún que otro libro más o menos legible y alguno que otro interesante, pero hubo uno en especial que estaba lejos de ser de una editorial pequeña con el que me la metieron doblada. Por respeto al autor no daré nombres, pero tras leer el primer capítulo con mucho trabajo uno queda con la sensación de haber sido estafado, y se pregunta cómo alguien se dignó a publicar semejante truño.
No sé vosotros, pero yo he llegado a un punto en el que más allá de mirar por mis pobres estanterías, apenas me fio del criterio de unos cuantos, y según el caso. Ya que si el autor en cuestión es amigo del preguntado, en el peor de los casos te suele decir, de haberlo leído: está bien o entretenido. Algo que también me pasó. Y luego cuando te vuelves a encontrar con el recomedador, y te acuerdas junto con el libro, de algún familiar cercano, y aludes a su condición de macho de la cabra te suele confesar: bueno, sí, es malillo.
Pero como ya dije al principio estoy generalizando. No dudo de la existencia de autores, conocidos o no, o editoriales, pequeñas o no, que sepan muy bien lo que se hacen. Aunque lo cierto y verdad, al menos a mi parecer, es que encontrarlos cada vez se parece más a buscar una aguja en un pajar.
7 comentarios:
Jajaja, qué mala baba, Ángel, y qué de verdades, grandes como catedrales góticas.
"uno a sentirse raro en unos foros en los que todo el mundo, menos yo, parece tener novela jejejeje." >> Cierto.
Y eso del aborto y del autor pavoneándose de escribirla en 2 meses. Vaya, la sociedad del usar y tirar, Ángel. Del dinero fácil y del consumo rápido, vertiginoso.
A quién cojones le importa la literatura si hace años que algunas editoriales la excluyeron de su catálogo.
Mi aplauso, comparto la columna al 100%.
Bueno yo no tengo tantos conocidos que hayan publicado, yo me quedo con la frase que citó ya Alejandro, "foros en los que todo el mundo, menos yo, parece tener novela"... pero bueno quiero pensar que no le he puesto suficientes ganas (reitero, he dicho "quiero pensar").
En fin, por todo lo demás pues creo que no podría estar más de acuerdo. La cosa está ahora muy alterada, salen nuevos "homenajes" hasta debajo de las piedras... esperemos que todo se vaya calmando; esperemos.
Esa, Pil.
Bueno, lo de los homenajes tiene su porque. Es más facil apostar a caballo ganador. Ahí editoriales que están demandando que les mande lo que sea de según que genero. Al que le de un poco igual el genero y sea un poco todo terreno se decantará por lo que se vende. Y bueno en otro casos, pues será un sacrificio asumible por empezar a abrirse camino en el mundillo. Sé yo de más de uno que hablaba peste sobre según que genero, pero es lo que está publicando ahora, y seguirás en esa linea.
En cuanto a lo de calmarse, siendo optimista pediría que se quedara como está.
Un beso chiquituja.
Jajaja, qué mala baba, Ángel, y qué de verdades, grandes como catedrales góticas.
pues no creas que no me corto en según que aspectos, que aún no le tiene uno cogido el punto al tope y tira con balas de posta, ejeje. Hay muchisimás cosas que todos saben que no se pueden decir. Y alguna columna que dse dijo de no publicarse porque sería pasarse
"uno a sentirse raro en unos foros en los que todo el mundo, menos yo, parece tener novela jejejeje." >> Cierto.
En tu caso un poco a cuenta de lo que decía Pil, es porque quieres. Porque ya comentamos que tienes varias novelas escritas que no las ves para salir, de tus comienzos. Novelas que con mayor o menor fortuna alguna editorial cogería seguro. Pero ya queda el amor propio del autor. El hecho de plantarle cara a un texto y plantearte: Esto llevará mi nombre, saldrá a la venta y lo leerá la gente. ¿Es esta la imagen que quiero dar? ¿Mi trabajo es lo suficientemente bueno como para que alguien invierta su dinero y su tiempo en él? ¿Estoy ofreciendo algo de calidad? Para mí la menor duda derivaría en un no. Como dije hay gente muy valida que va a publicar, pero hay que separar el trigo de la paja. Escribir una buena novela, salvo que seas un portento, es muy jodido, pero para escribir una mala novela solo hace falta tiempo.
Y eso del aborto y del autor pavoneándose de escribirla en 2 meses. Vaya, la sociedad del usar y tirar, Ángel. Del dinero fácil y del consumo rápido, vertiginoso.
Es lo que digo siempre: el escritor de hoy día tiene mucha prisa. Loco por acabar una novela y ponerse con otra. Incluso muchos ni se paran a repasar, que para eso está el corrector de la editorial. Se escucha cada cosa de correctores de editoriales que te quedas muerto.
A quién cojones le importa la literatura si hace años que algunas editoriales la excluyeron de su catálogo.
Y luego soy yo el de la mala baba, ejejeje. Aunque por desgracia, estoy de acuerdo.
Mi aplauso, comparto la columna al 100%.
Pues contento de saberlo, Alejandro. Aunque lo suyo sería que estuvieras en desacuerdo, crear polemica y que acabaramos insultandonos y mandandonos amenazas de muerte por videos en You tube. Haría que esto tuviera más audiencia : P
A quién cojones le importa la literatura si hace años que algunas editoriales la excluyeron de su catálogo. Pues me reitero en lo dicho.
Y la verdad es que sí, que polemizar da más réditos, y si no, mira la tele y allí encontrarás a gladiadores de palabra gruesa enzarzados en despedazar al contrincante.
Pues nada, a sobrevivir en la España Pre-Apocalíptica, jajaja.
Jejejeje, yo también soy de los que dicen: "Joder, todo el mundo publica menos yo; ¡perra vida!" Pero me parece a mí que como no sea yo el que se ponga con eso la situación va a seguir igual por mucho tiempo. En fin.
Lo del tiempo de escritura sí que es relativo, y es cierto que hay verdaderos virtuosos del instante y la improvisación, o "acuarelistas" que, más o menos rápido, hacen una versión cuasi definitiva por principios... Pero sé lo que me quieres decir, que lo mismo pasa con una novela, con un relato o lo que sea, cuando el autor pretende insinuar algo así como: "Esto es para mí como andar o rascarme el culo: instintivo, natural." Después entre esos los hay que han sudado lo mismo que todos pero quieren tirarse el pegote, los que, bendios ellos, tienen ese don, y por otro lado los que, efectivamente, la han escrito como quien dice en un rato, y se nota.
Y ahora al meollo de la cuestión: ¿Se publica demasiado? Hombre, puede ser que sí. Pero a partir de ahí ya no lo tengo claro. No veo la forma empírica de separar "lo bueno" de "lo malo", siginifique eso lo que signifique, interviene mucho la subjetividad. De hecho, ¿puede estar seguro uno mismo de que lo que escribe "merece ser publicado"? No sé. Apuestas por ti porque, joder, es que eres tú. Y si un editor la acepta... pues mejor que mejor, sin importar por qué lo haga, con sus subjetividades o sus posibles intereses. Ya está publicada, y resula que es mala. Y ahora quién sale perjudicado, ¿el que compra? No sé, se supone que uno también debe informarse, no comprar por comprar, y si es un compromiso... pues le dices la verdad de verdad, o lo compras, que al final seguro que lo terminas leyendo aunque sea por curiosidad. Si tienes la suficiente confianza y el tipo no anda corto de sentido del humor, lo mismo hasta te puedes echar unas risas soltándole unas puyitas por los fallos, que si es honesto hasta te los reconoce, jeje.
Canijo, ni se te ocurra quejarte. Si hay algo que de más coraje que ver a un mal autor publicando, es ver a uno bueno que no publica porque simplemente no se pone a escribir una novela. Sabes que yo no soy de regalar los oidos a nadie, ni de los que defienden y elevan a sus colegas por encima de todas las cosas. Al que me parece malo se lo digo en la cara, pero al bueno también. Y sigo pensando que eres uno de los mejores escritores del palo que se pueden encontrar por aquí, y mejor que muchos con un buen puñado de novelas a la espalda.
Sé que tienes ideas para varias novelas, porque lo hemos hablado, y más de una muy buena. Si de aquí a final de año no te pones con alguna te robo la idea, por tonto
En cuanto a lo que cuentas, sé que hay muchas cosas relativas, pero el resultado final no me lo parece tanto. Creo que todos hemos leido novelas de las que podemos decir: no me gustó una mierda, pero sabes que porque no es lo que te gusta leer. Pero cuando algo es malo, realmente malo se nota a la legua.
Yo solo puedo estar seguro de que no mandaré nada a ningún sitio que me parezca medio bueno, incluso pareciendome bueno tendría que pasar por el filtro de calidad de algún conocido.
En cuanto a informarse de la calidad de una novela. COmo creo que comento por ahí, la reseñas suelen hacerlas amigos del autor o gente que le a gustado. Si una novela te parece una mierda, o bien no haces reseña por no buscarte enemigos o te queda la cosa de: igual es cosa mía. Y da más parece hacer una reseña de una novela mala, o bien no la haces porque no puede hacer una reseña de algo que ni llegas a terminarte.
En cuanto a los compromisos. La gente no suele tener sentido del humor cuando le hablas de un libro que es su niño, y que le costó tanto trabajo. Los autores, sobre todo si están acustumbrados a las alabanzas, tiene mucho ego, y si 14 le dijero que el libro está guay, sea o no cierto. Al final tú, que eres honesto, quedados como el tonto que no supo ver lo guay que está el libro, o el envidioso que no tiene libro, y habla sin sentido y por joder.
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