De repente un día todo comenzó de nuevo, había pasado muchos años desde la última vez que estuvo en el castillo, un reflejo de luz atrajo su atención, medio tapado por una sabana la esperaba, frio y distante pero extrañamente familiar su reflejo la miraba desafiante con alguna cana plateada decorando su pelo.
Recupero la noción del tiempo al oír las risas de su hija en el jardín, todos decían que había heredado la belleza de su madre, la cual acababa de descubrir dos cosas en el desván de su madrastra, que no debía leer en voz alta las inscripciones de los espejos… y una receta para hacer manzanas.
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