viernes, 29 de mayo de 2009

Veredicto

Naeser el mercader. Has de encomendarte a los mismos dioses que has profanado. Y estar preparado para oír, con circunspecta actitud, el castigo que por tu falta ha de aguardarte.

Pese a que en todo momento hemos sido conscientes de la sinceridad de tu desconocimiento y sabemos valorar en su justa medida que te entregarás por entero a semejante gesto de altruismo, has de entender que no podamos permitir que tan herética acción quede sin castigo.

Tratándose de un caso tan inusual como el que hoy nos ocupa, hemos optado por mirar más allá de lo que normalmente solemos, buscando en vuestra vida y la de los que os rodean argumentos para decantarnos por la decisión más adecuada.

A continuación pasaré a leeros lo que de claro ha podido sacarse del informe: Naeser de Bánum, primer hijo de Taliám de Bánum, sabed que en lo que a vuestro predecesor se refiere y a los que hubieron de precederlo, no hay nada que pueda hablar en favor o detrimento de vos.

Y en lo que a vuestra actual familia se refiere, no ha de hacerse mención de ningún antecedente negativo. Por lo que sabemos, todos y cada uno de ellos ha tenido una vida irreprochable hasta este día.

Pese a que, como habéis demostrado, no conocéis algunos de los preceptos de nuestra Fe se os tiene por un hombre devoto y temeroso de ella, siendo buena prueba de ello el que aleccionarais al más joven de vuestros hijos para que pasara a formar parte de La Orden, el cual hubo de destacar desde el primer día por su abnegado fervor. Siempre habéis cumplido con vuestros deberes religiosos, asistiendo a cuantos eventos habéis sido requerido y entregado puntualmente el tributo que os correspondía. Al que hemos de sumar las generosas donaciones en nuestros templos cada vez que retornabais de un exitoso viaje comercial.

También consta en nuestros archivos que, en innumerables ocasiones, os habéis ofrecido a transportar, bien sea en vuestros barcos o en las caravanas que son conducidas al interior, emisarios o bienes de La Orden, de forma totalmente desinteresada. Habiendo de destacar, dentro de este punto en cuestión, que vuestra familia ha tenido a bien hacerse cargo de una parte importante del correo que es enviado a nuestras colonias del este.

Leyendo esto no cabe la menor duda de que habéis hecho por la Fé más que muchos que han de disponer de más medios.

Si lo vuestro fuera una falta menor mereceríais indudablemente ser perdonado en el acto, mas debéis saber que el pecado que habéis cometido representa la mayor muestra de herejía que un hombre puede perpetrar. Un delito que desde el principio de los tiempos se ha castigado con la muerte. No obstante, aunque resulta imposible eximiros de la falta, creemos que la devoción que vuestra familia ha demostrado para con la Fe merece que vuestra pena se vea atenuada.

Sea como fuere la sentencia es la muerte, y como tal ha de cumplirse. Los Dioses así lo exigen. Es por ello que Naeser el mercader habrá de morir para que vos viváis. Además de la vida, que pasará a ser patrimonio de La Orden, os serán requisados la mitad de vuestros bienes.

En todo momento ha de quedaros claro que se os permite vivir por el fervor religioso y las buenas obras que vos y vuestra familia habéis demostrado para con la Fe.

Del mismo modo debéis haceros cargo de que dicha sentencia no os exime de morir, puesto que si no os dedicáis por entero a expiar dicha falta o se rompe de algún modo la armonía que hasta este día ha existido entre vuestra familia y La Orden, se rescindirá la sentencia y os privaremos de la sangre.

Sólo me resta deciros que, yo personalmente, he intercedido por vos, tanto para que se os conmute la pena, como para que os sea concedida una gracia que atenuará considerablemente vuestra penitencia.

Tanto el día que hubiera de suceder a la finalización de un ciclo lunar, como los destinados a adoraciones y festejos, os estará permitido vivir, recuperando a los ojos de todos el estatus de esposo y padre.

No os lamentéis por aquello que consideráis que habéis perdido y dad gracias a los Dioses, porqué lo que se ha hecho por vos hoy aquí representa un hecho sin precedentes.



Autor: Ángel Vela (palabras)


Correo Electronico: lanaiel(arroba)hotmail.com

4 comentarios:

Blanca Miosi dijo...

Nunca dejará ade asombrarme la aparente facilidad con la que utilizas el lenguaje antiguo.

He dejado de leer tu blog novela, pero este capítulo parece ser decisivo.

Felicitaciones, Ángel!
Blanca

Ángel Vela dijo...

Saludos, Blanca.

Bueno decirte que este es uno de los muchos cañitos que escribí aparte, digamos que para complementar la novela,como una especie de apéndice. Aunque no sé si dará para algo más largo. No sería la primera vez que pasa ;)

Un beso, Blanca. Nos leemos ;)

Miguel Carrión dijo...

Por meter un poco el dedo en la llaga, decir que deberías revisar algunas comas que faltan y que darían más énfasis a las frases. Por lo demás me parece un veredicto de lo más justo.

Un abrazo Angel

Ángel Vela dijo...

Saludos, Migue.

Le echaré un ojo. La verdad es que es un texto antiguo que tenía por ahí perdido, y con las carreras lo mandé sin darle una visual en condiciones.

A ver si saco un rato y me lo miro.

Un abrazo.

Archivos del blog