martes, 2 de noviembre de 2010

TENEBRAE (VVAA-Sevilla Escribe)

Bueno pues allá vamos. Después de un montón de días dándole vueltas a como afrontar esta reseña por fin le voy a echar valor y a coger el toro por los cuernos. Vaya por delante una reflexión: no es lo mismo hacer una reseña sobre un libro cualquiera que uno lea (por poner un ejemplo El telón de Milan Kundera, libro con el que estoy fascinado ahora mismo) que sobre una antología de tus compañeros de colectivo. Cualquiera que reflexione un poco sobre el tema sacará sus propias conclusiones sin necesidad de que yo le ilustre sobre ello, pero es claro que si te pasas glosando las virtudes de los textos perderás credibilidad y parecerás un anuncio de detergentes y si te vas a la yugular señalando posibles defectos puedes perder el buen rollo con algún compañero al que, quiera que no, se le tiene afecto. Así pues, es más difícil que nunca no sólo ser objetivo sino, además, parecerlo, pero, como ya dijo alguien, si Dios me hizo sujeto no puedo ser objeto, ergo seré subjetivo y que cada uno extraiga las conclusiones que estime oportunas.


Tanto preámbulo para hablar de una antología que los habituales de este blog ya conocen, o al menos saben de su existencia. Tenebrae, la antología de relatos foscos que los compañeros del colectivo literario Sevilla Escribe han publicado con la editorial Saco de Huesos. Ocho relatos que pasan por los diversos matices de esto que llaman el género fosco.

No es momento para entrar en definiciones de qué es el tal género, ya lo hizo en su momento Canijo con bastante acierto. Valga la antología como botón de muestra al que acudir para ilustrar sus palabras con ejemplos claros y distintos.

Entre las páginas de este libro vamos a encontrar invitaciones de diversos tipos a sumergirnos en algunas historias inquietantes. Viajaremos a diversos lugares tanto de nuestro planeta como del espacio exterior y conoceremos a algunos personajes y situaciones inolvidables. Vayamos por partes.

Bocado de los dioses de Fran J. Franco nos va a llevar a una inquietante historia que mezcla algunos tópicos del terror clásico, el asesino en serie o el canibalismo, con las más perversas novedades del género, la automutilación, todo ello aderezado con unos personajes curiosamente humanos y un final desconcertante. Si se me permite diría que es la versión adulta, fosca y muy sarcástica de Ratatouille. ¡Ahí va eso!

Al igual que el relato anterior, Absenta de Juan Díaz Olmedo, se ambienta en París donde un artista encuentra a Calíope en brazos del hada verde. Toda la mística asociada a este néctar del olvido está retratada en este intenso relato en el que no falta su toque de romance y sus fantasmas. Muy completo aunque quizá el final se pudiera haber enfocado de otra forma. Pero esto no es importante, tras su lectura uno no puede más que añorar el sabor poderoso de la absenta rasgando su garganta y lamentar que el mundo moderno nos impone unos sucedáneos que en nada alcanzan sus legendarias virtudes.

La ganga de Juande Garduño es una reflexión sobre un lugar común, lo barato sale caro. A lo largo de la historia se crean una serie de atmósferas insanas que mantienen la atención en todo momento. Un relato de corte bastante clásico, un poco predecible, pero que se lee sin pestañear y se disfruta de principio a fin, cuyo mayor acierto está en no entrar en descripciones de algo que de ser descrito perdería toda su potencia terrorífica. No es lo mejor que le he leído a su autor, pero es, sin lugar a dudas, una pieza muy valorable dentro del conjunto.

Manuel Mije nos presenta en La huida un ejercicio de instrospección en la mente de un hombre atormentado por la perdida de su familia. Las obsesiones y desvelos de un padre divorciado que lucha por recuperar el contacto con su hijo, que nos llevarán, a través de una tortuosa narración, hasta un deselance demoledor. Hablar mucho más de este relato sería matar su encanto para el que aún no lo haya leído, pero debo decir que me parece uno de los puntos más fuertes de la antología.

Ángel Vela nos lleva a las entrañas de la Tierra para hacer gala en El insomne de su estilo espeso y laborioso, de difícil lectura y complicadas revueltas, que recompensa la paciencia del lector persistente con una de sus historias crueles y sarcásticas. Un relato de los que no dejan indiferente y una reflexión sobre la lucha por la supervivencia, la responsabilidad y la soledad. Como suele suceder con Ángel leerlo da más placeres a posteriori que durante el proceso de lectura. Algunos dicen que eso distingue a los grandes escritores de los meros cuentacuentos, cada uno tendrá su opinión a este respecto.

Miguel Cisneros Perales nos traslada a las calles de Sevilla y a sus subterraneos ocultos, olvidados para casi todos en El viejo de plata. Relato desconcertante y de fina factura que ilustra un mundo paralelo de personajes y secretos con los que convivimos sin llegar notar su presencia y que me han traido a la mente al mejor Neil Gaiman (lo cual es decir mucho y arriesgar mucho al decirlo porque me pueden caer piedras de todos los Gaimanianos del orbe).

Respecto al Noctívago demacrado de Alejandro Castroguer debo decir que como relato menor, casi un divertimento, y sincero y sentido homenaje al gran maestro, esto es H.P. Lovecraft, funciona muy bien, aunque a mí me dejó cierto regusto a decepción, esperaba otra cosa de él.

Finalmente, el inefable Ernesto Fernández nos lleva al espacio exterior, ya lo avisé, con El cazador de tigres. Tengo que reconocer que cada cosa nueva que leo de Ernesto me gusta más que la anterior, y eso que normalmente me han gustado mucho las anteriores. En esta ocasión la historia de Dante Malvasombra, mitofolklórogo, se sale del libro y toma vida propia. El personaje tiene entidad en sí mismo, supera la mera referencia a John Constantine a la que aparece apuntar en un primer momento, y toma las riendas de su aventura, una curiosa investigación parapsicológica en un hotel espacial, el Hotel Usher (¿les suena este nombre de algo?). Un modo perfecto para cerrar la antología con el mejor sabor de boca posible y pidiéndole, a voz en grito y de rodillas si hace falta, al autor que por favor no lo deje ahí y nos deleite con más peripecias de este fabuloso personaje. ¡Queremos más Dante Malvasombra!

Y hasta aquí os puedo leer la tarjetita, quién quiera más ya sabe, se hace con el libro y lo goza como estime más oportuno. Espero no haber parecido demasiado parcial en mis comentarios. En líneas generales la lectura de estos ocho relatos me ha resultado muy grata y satisfactoria, hasta qué punto esto esté motivado por el hecho de ser compañeros no puedo determinarlo yo, leed el libro y dad vuestra opión al respecto.

Nos vemos en la próxima reseña, cuando termine el libro de Kundera, jeje.

3 comentarios:

Alejandro Castroguer dijo...

Gracias por la reseña, Félix. Que sea breve no creo que lo califique de menor. Bueno, para gustos los colores y lo escribí como un reto a la misma literatura.

En el cine y en la literatura nos dejamos engatusar por "lo que se cuenta" sin fijarnos en "cómo se cuenta".

Un saludo.

Félix dijo...

Bueno Alejandro lamento decir que es la sensación que me causó el relato, ya hubiese querido que me flipase y ponerlo por las nubes. Lo mismo tener como referente tuyo la GDM me llevó a leerlo como no debía, no lo sé. Me dejó pillando moscas, la verdad. Le echaré un vistazo de nuevo a ver si es que no le saqué el jugo que debía.

Xuan dijo...

Felicidades por la antología, que no os había dicho nada.
La buscaré para leerla.

Archivos del blog