miércoles, 17 de noviembre de 2010

In memorian, Tony Curtis

Tony Curtis (de nombre real Bernard Schwartz) falleció a los 85 años por culpa de un ataque de corazón en Las Vegas el 29 de septiembre de 2010. Nacido en New York vivió la época dorada de Hollywood. Su última película fue "David y Fátima" del año 2008.

Curtis en su última película

Biografía (extraída de la Wikipedia):
Era hijo de Emmanuel y Helen Schwartz, una familia de judíos húngaros del barrio del Bronx, donde nació. Célebre por su físico de galán y su acento típicamente neoyorquino, su nombre quedará ligado a su interpretación en Con faldas y a lo loco con Jack Lemmon y Marilyn Monroe, si bien cuenta con una extensa carrera al haber actuado en más de cien películas desde el año 1949 hasta 2008. Considerado en sus principios como un joven apuesto sin más, el actor acabó demostrando su talento en films de la talla de Chantaje en Broadway (The Sweet Smell of Success) con Burt Lancaster y en su papel de un prófugo encadenado a Sidney Poitier en Fugitivos (The Defiant Ones) que le valió una nominación a los Óscar. Su historial incluye títulos míticos como Espartaco de Stanley Kubrick, Trapecio de Carol Reed y El último magnate de Elia Kazan.


Aprovecho la ocasión de este In memoriam para hablaros suscintamente de dos de sus películas, a saber, "La carrera del siglo" y "El estragulador de Boston", separadas sólo por tres años, aunque a juzgar por la temática y el estado físico lucida en mabas se antoja poca distancia.

TÍTULO: La carrera del siglo
TÍTULO ORIGINAL: The Great Race

AÑO: 1965
DURACIÓN: 150 min.
DIRECTOR: Blake Edwards

GUIÓN: Arthur A. Ross (Historia: Blake Edwards)
MÚSICA: Henry Mancini

FOTOGRAFÍA: Russell Harlan
REPARTO: Tony Curtis, Jack Lemmon, Natalie Wood, Peter Falk, Vivian Vance, Keenan Wynn, Arthur O'Connell, Dorothy Provine, Larry Storch

PREMIOS 1965: Oscar: Mejores efectos de sonido. 5 nominaciones
SINOPSIS (extraída de Filaffinity): Aventuras y desventuras de los participantes de una carrera automovilística de carácter internacional entre Nueva York y París, a principios del siglo XX. Jack Lemmon y Tony Curtis interpretan a dos excéntricos participantes que, a bordo de sus flamantes vehículos, mantienen una feroz rivalidad entre ellos. Todo tipo de incidentes y situaciones cómicas se irán sucediendo.
TÍTULO: El estrangulador de Boston
TÍTULO ORIGINAL: The Boston Strangler

AÑO: 1968
DURACIÓN: 120 min.
DIRECTOR: Richard Fleischer

GUIÓN: Edward Anhalt
MÚSICA: Lionel Newman

FOTOGRAFÍA: Richard H. Kline

REPARTO Tony Curtis, Henry Fonda, George Kennedy, Mike Kellin, Hurd Hatfield, Murray Hamilton, Sally Kellerman, Jeff Corey
SINOPSIS (extraída de Filaffinity): Basado en sucesos reales acontecidos en la ciudad americana. En Boston, entre 1962 y 1964, 13 mujeres fueron brutalmente estranguladas por Robert de Salvo, un fontanero felizmente casado y con una vida aparentemente normal... Esta es la espeluznante historia de los hechos, y de la ardua investigación que siguió a los mismos.


La primera del año 1965 y la segunda de 1968 son tan diferentes que parece inexplicable que sólo medie entre ambas 3 años y una comedia playera, "No hagan olas (Don't Make Waves)", que rodó a las órdenes de Alexander MacKendrick (el director de "El quinteto de la muerte") con Claudia Cardinale y Sharon Tate.

El gran leslie y Albert Desalvo

No es sólo que el universo que muestran una y otra sean como la noche y el día, carreras locas, peleas a puñetazos y con tartas en la primera y ambientes realistas, y escenas de hondo calada psicológico en la otra, sino que la interpretación de nuestro Tony Curtis es diametralmente opuesta aunque en buena parte de ambas obras visten de blanco. En la de película de Edwards interpreta al gran Leslie, galán de sonrisa y mirada chispeante, embaucador, galán y aventurero, dispuesto a casi todo por ganar la carrera de New York a París y a todo por conquistar a la peridista feminista que encarna la fabulosa Natalie Word. Es casi su marca de estilo, la imagen que todos conocemos y en pocas ocasiones abandonaría. Mientras que en la cinta de Fleischer da vida a Albert Desalvo, un triste currante, padre de familia, que en sus brotes de esquizofrenia se dedica a estrangular a todo tipo de mujeres. Es en ésta donde su calidad como interprete queda patente, con una escena final, casi duelo con Henry Fonda, donde la transformación de inocente cabeza de familia a psicópata es realmente formidable, valiéndose el director para ello de su reflejo en el espejo de la sala de interrogatorios.
Con ambas se puede disfrutar de un buen rato de cine y de paso recordar a uno de los últimos monstruos sagrados de la época dorada de Hollywood, Tony Curtis.

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