miércoles, 5 de agosto de 2009

Abro las ventanas

Es por la mañana temprano, el sol acaricia mi rostro, me desperezo y abro las ventanas.
Hace un día precioso y sonrío feliz al pensar en el futuro.



Ha transcurrido un día, el sol vuelve a acariciar mi rostro, me desperezo y abro las ventanas.
Algunas nubes juegan en el cielo y forman figuras caprichosas, sonrío feliz.


Los meses han transcurrido como un torbellino, todo es tan rápido cuando eres feliz, me desperezo y abro las ventanas.

Un arco iris atraviesa el azul partiéndolo en dos mitades, las últimas gotas de la lluvia de anoche reflejan su imagen mil veces.


Perdí el control del vehículo y me han ingresado en el Hospital, estoy lleno de vendajes y no puedo ver nada; pero la voz de la enfermera es tan dulce y cálida que me recuerda a todos los colores del último arco iris.

Es por la mañana temprano, el sol acaricia mi rostro, me desperezo y abro las ventanas.


Hace un día horrible, cómo echo de menos cuando podía ver y abría las ventanas de mis ojos a un mundo maravilloso; hoy me rodea la oscuridad, cientos de obstáculos se cruzan en mí camino y me llenan de golpes y sobresaltos. Lloraría, pero gasté todas mis lágrimas cuando el médico me comunicó que mis nervios oculares habían sido destrozados por el impacto. Pediría ayuda, una mano amiga a la que asirme; pero incluso la enfermera de la voz bonita terminó huyendo después de una de mis crisis.
Es por la mañana temprano, el sol acaricia mi rostro pero no tengo ventanas que abrir para ver el mundo...



2 comentarios:

Ángel Vela dijo...

Un texto interesante,coleguilla. Que raro se me hace leerte cosas serías, ejejejeje


Un abrazo. Nos leemos

Sharly dijo...

Todo el mundo tiene momentos serios, aunque lo ideal sería estar siempre alegres. Nos vemos ;)

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