miércoles, 31 de marzo de 2010

La Columna OcioZeta-Sevilla Escribe, ''Ser escritor en los tiempos de internet I''



La verdad es que esto es algo a lo que llevo bastante tiempo dándole vueltas, y el ir a certámenes literarios, presentaciones de libros y más eventos del palo no hace más que confirmar mi teoría. Está claro que para ser escritor es necesario escribir, y que se exigen o suelen exigirse unos mínimos, pero creo que hoy en día intervienen demasiado otros factores...


Remontémonos al principio, obviamente no al principio del lenguaje escrito, sino a lo que para mí vino a ser un principio.

En mi bisoñez escritoril, cuando apenas era un chavalito que leía mucho y empezaba a emborronar folios, lejos de todo contacto con internet y de compañeros que compartieran el gusto por la escritura o inclusive por la lectura, pensaba que salvo los escritores de muchísimo prestigio, tipo Gabriel García Márquez, Stephen King y otros tantos, los demás eran personajes casi anónimos, gente que aunque apareciera en algún que otro evento u ocasionalmente en la solapa de sus libros, no se prodigaban demasiado, que eran sus obras las que hablaban por ellos, porque nada más hacía falta. Tal vez hace mucho fuera así (no tengo muy claro cuando empezó a producirse el cambio, si es que lo hubo. Quiero pensar que cuando se descubrió que con internet se conseguía que todo fuera más cercano, y por tanto un medio de publicidad magnífico).


Y ahora, antes de entrar en materia, pasamos a las aclaraciones, que a mi parecer no deberían ser necesarias, pero es aun con ellas y no falta quien te tache de categórico. Así que ahí van:

Está claro que hay muchísimos escritores que no encajan en los perfiles que se darán, y otros a los que aun encajando en uno o más aspectos, no se les estará tratando de tirar por tierra. Sólo serán expuestas algunas de las pautas que siguen, aunque no negaré que entre ellas a mi parecer hay de todo: desde muy buenos métodos de marketing, pasando por los que simplemente no creo adecuados o demasiado dignos, y hasta llegar a los que me parecen tremendamente cutres o de una pedantería y capullez que da vergüenza ajena.


En cualquier caso, y aunque la meta viene siendo la misma o cuando menos muy parecida, cada autor toma el camino que cree más conveniente, y que los hay con distintos criterios y con más o menos estomago. No faltarían ejemplos, en cualquiera de las tres categorías enumeradas arriba, de a quien le funcionó estupendamente. Yo mismo adopté o me planteo adoptar algunas a las que encuadraría dentro del tipo uno o el tipo dos. Porque aun sin convencerme, con la competencia que hay, lo que hacía falta es que uno mismo se pusiera barreras morales o se negara a utilizar medios que están al alcance de todos (con este párrafo aclaro el tema y evito que alguno de los que me tienen manía aparezcan para señalarme con su dedo acusador diciendo: ¡PUES TÚ LO HACES!¡HIPÓCRITA, QUE ERES UN HIPÓCRITA!).


Como decía antes de la parrafada, mi impresión es que el autor antes era una figura más anónima, y de que la obra era un poco la que hablaba por él. Quizás mi impresión de entonces pudiera deberse a mis pocos años o a mi alejamiento de cuanto estuviera más allá de los libros, pero lo que sí tengo claro es que hoy no es así. Han surgido diversos factores ajenos a la escritura creativa que parece que se han vuelto necesarios. Factores de los que antes supongo se ocupaba la editorial o un agente cuando había un libro que promocionar, pero que hoy empieza a llevar a cabo el propio escritor. Y lo más curioso de todo es que hay quien lo hace sin tener nada que ofrecer. Autores que llevados por la ilusión comienzan a vendernos humo. Y lo más curioso de todo es que parece que funciona.


Sinceramente y visto lo visto, creo que es más importante ser un buen relaciones publicas que un buen escritor, y que muchas veces no es importante ser escritor, con parecerlo ya viene bastando (algo que nos llevaría a la columna que siempre acaba quedando para otro día: "La importancia de parecer escritor").


Quiero pensar que antes el proceso era el siguiente: un tipo, después de darle muchas vueltas al coco, concebía lo que a priori podía ser una buena historia para una novela, y tras echarle un montón de horas, incluso llegando a aislarse un poco del mundo, conseguía terminarla. Hecho esto la dejaba reposar, la pulía y empezaba a moverla o buscaba quién se la moviera. Hoy poco falta para que sea al revés.


Hay diversas maneras y métodos a los que los autores se acogen y que difícilmente podrían tratarse todos en una sola columna, aunque todos ellos, en mayor o menor grado, hacen que el autor se aparte de la escritura creativa y sea víctima de esos males de los que el compañero, Canijo, trataba de prevenir al aficionado-cabretilla en una de sus columnas anteriores de "El hombre y la letra".


Mi idea en ésta y en próximas columnas es ir dejando algunas pautas al respecto. Aunque ni que decir tiene que en esta "caza de brujas" dejaremos al margen a los columnistas eventuales de portales literarios, los cuales pudiendo estar echándole un rato a sus novelas de samuráis o a sus relatos de arañas, dedican parte de su "valioso" tiempo a compartir sus pensamientos e inquietudes con los lectores. Sin duda una labor desinteresada y muy loable.


Las redes sociales


Muchos son los autores que a día de hoy dedican más tiempo a sus cuentas de twitter, facebook u otras del palo que a escribir de forma creativa o a algo relacionado con esto. Un autor inmerso en las redes sociales y que quiera sacarles partido intentará hacerse todos los "amigos" posibles, y que lo agreguen escritores que estén claramente por encima suya, de los que intentará hacerse amigo realmente o a los que les hará la pelota si se tercia. El amiguismo y el enchufismo es una baza muy poderosa. Con suerte podrá apoyarse en ellos en un futuro si el buscar nuevos seguidores, comentar a todo el mundo, colgar fotos y participar en todos los juegos chorras que lo presenten como un tipo simpático, y otras tareas ajenas a este tipo de redes sociales, le permiten terminar su libro.


Obviamente cada autor se implica al nivel que quiera o le dejen. Pero por muy ajeno que trates de mantenerte, tienes que tener claro que si entras en el juego recibirás veinte mil millones de chorraditas y comentarios, y que tendrás que enviar otros tantos, lo cuales, en la mayoría de los casos, estarán muy lejos de ser útiles o incluso entretenidos, que perderás toda o buena parte de tu intimidad. Aquí el grado de educación del escritor puede resultar un serio problema a la larga. Más de un conocido aficionado a darle a la tecla dedica horas al día a contestar y borrar mensajitos del palo. En cuanto a las ventajas: promoción personal de salida, publicidad de tu obra si llega a salir y promoción de eventos y cruce de comentarios con tus lectores. Y en el peor de los casos mucho entretenimiento. En cualquier caso, viene siendo mejor que un chat al uso.


Bueno creo que por aquí podemos ir cortando, que no quiero que las columnas se alarguen en exceso. Para no dejar con la intriga a los que el tema les resultó interesante, decirles que en mi próxima columna me propongo centrarme un poco más en blogs y las paginas webs personales y comunales... además de en el tipo de seres que las habitan.



6 comentarios:

Esther dijo...

«Factores de los que antes supongo se ocupaba la editorial o un agente cuando había un libro que promocionar, pero que hoy empieza a llevar a cabo el propio escritor. Y lo más curioso de todo es que hay quien lo hace sin tener nada que ofrecer. Autores que llevados por la ilusión comienzan a vendernos humo. Y lo más curioso de todo es que parece que funciona».
Jajaja... ¡Eso está buenísimo! Vender y comprar humo...

Lo interesante es plantearse qué sucederá dentro de algunos años. Porque esto parece ser una escalada: hoy por hoy, un autor que sea eficiente siendo su propio publicista en la Red puede asegurarle a la Editorial un piso de ventas de su obra. Pero cada vez habrá más autores intentando lo mismo... ¿qué sucederá, entonces? Y si sigue funcionando bien... ¿cómo afectará a las Editoriales? Al fin y al cabo, si sos tu propio publicista y funciona... ¿para qué querés una Editorial que te distribuya ejemplares y te organice presentaciones?
¿Y cuánto tardará en aparecer el "publicista para autores noveles en la Red"? (Contráteme, y yo lo asesoro para hacerse la máxima publicidad con el menor costo de tiempo...). ¿O ya apareció?

En fin, divagaciones...

¡Espero la próxima columna!

Un abrazo,
Esther

Félix dijo...

Amén hermano, realmente toda la cuestión de blogs, foros y semejantes come un tiempo precioso a la hora de ponerse a escribir, aunque yo, desde mi caso particular, hago un apunte: depende lo que vayamos a escribir. Me explico.

Si se trata de escribir un cuento y/o relato, llamese como se quiera, normalmente mi forma de actuar es por impulso, o rapto. Es decir, la historia se presenta ante mi y mi cabeza le va dando vueltas durante un tiempo indeterminado hasta que encuentro lo que estimo es lo más fundamental, la primera frase y el final. A veces no es necesario el final, pero porcentualmente estos casos no son significativos. Una vez tengo esos dos elementos me siento a escribir en el primer momento y sitio que encuentro libre y ya no paro hasta que el borrador está acabado, luego el proceso de pulido es otra historia, pero el relato está hecho. Aquí nada le roba el tiempo a la escritura pues durante el proceso es más bien la escritura la que le roba el tiempo a cualquier otro menester.

Con respecto a escribir algo más largo, lease novela, que necesita ser más planificado, medido y preparado, el procedimiento de rapto funciona a más baja intensidad y el aleteo de una mosca te lleva a cualquier lugar alejado de la pantalla. Debo decir que llevo dos años trabajando, o intentandolo, en una novela de cual sólo tengo escritas 30 páginas y miles de apuntes, y que cada párrafo me ha costado sangre, sudor y lágrimas (como se suele decir), y que, lo peor, temo que no acabaré nunca. Me siento más cómodo en el formato cuento que es más inmediato. Aquí, en la novela, sí que roban tiempo los blogs, foros, megavideo, taringa, Les Claypool (soy incapaz de escucharlo y hacer otra cosa a la vez y lo estoy redescubriendo a la vejez, jajajaja, sin Primus tiene hechas cosas alucinantes), libros, instrumentos musicales varios (ensayos, grabaciones, estudios, composición...).

ERGO - cuando hay una buena idea (definiendo como buena idea aquella que te entusiasma y te lleva a desarrollarla) que se pone en pie en, relativamente, poco tiempo, funciono muy bien y sin dejarme llevar por las distracciones; cuando la cosa requiere más tiempo mi atención se diluye y las cosas tienen más probabilidades de quedarse en puntos suspensivos.

Algún día os escribiré unas lineas sobre la atención, sus límites y algunas cuestiones más relacionadas con este, para mí, fascinante tema.

Manuel Mije dijo...

Pues, como ya te dije, veo mucho prólogo en esta entrega, pero si luego la cosa se extiende estará perdonado. Además, que no viene mal el autoinculpamiento previo si luego vas a dar un poco de cera.

En todo caso estoy de acuerdo contigo, al menos con esta parte. Aunque quizá no del todo. Primero porque no tengo claro que esto sea una característica exclusiva de la literatura, sino del ser humano en sí, en todas sus ocupaciones. En casi todo suelen primar más las habilidades sociales, el saber moverse, incluso el peloteo puro y duro en muchos casos, que la mayor o menor habilidad para lo que de verdad se pretende hacer.
Y bueno, lo de que esto sea un problema actual en el caso de la literatura tampoco lo veo claro, yo creo que iempre habrá habido más o menos de esto, que por ejemplo no todos los mecenas supieran de verdad separar las habilidades literarias de otro tipo de habilidades... Eso sí, Internet lo amplifica todo, para lo bueno y para lo malo.

Ángel Vela dijo...

Saludos, Esther, y perdona por la tardanza. Anda más liado que nunca y con la cabeza algo ida,

En cuanto al futuro sobre el hablas, yo lo veo todo muy negro, ejeje

Bromas aparte, si se tiene constancia de que las tiradas cada vez son más pequeñas. Y supongo que eso puede afectar muy mucho al tema. Al menos para el que esté en esto por dinero. Está claro que publicar sale muy barato, si hablamos de publicar como ir a la imprenta y que te saqué el libro. Te trae más cuenta, economicamente hablando, editarte cien ejemplares y venderlos tu mismo, que que una editoral te saque quinientos o incluso unos cuantos más. Si bien es verdad que te tienes que saber mover y tener ganas de hacerlo. También es certo que la autopublicación aún está mal vista, y para algunos representa que el autor se autopublica porque nadie publicaría algo tan malo. Aun así hay autores que han pasado por intnernet, colgado sus textos y demostrado su valía, y después se lanzaron a la autopublicación. Por citar algunos casos: Francisco Javier Illán Vivas, y Luis Bermer. Nombres que quizás te suenen, al menos Luis creo que estuvo por prosófagos.

En cuanto a esos ayudantes, pues sé que hay paginas que te lo gestionan todo, y creo que te hacen publicidad e incluso dstribución, pero eso sí, los libros los pagas tú. No es un tema de que esté muy informado.

En cuanto a columnas, pues no debe de tardar en salir la próxima, si no salió ya,, ando algo perdido, ejeje. También andamos faltos de columnistas, a díá de hoy solo somos dos. En cualquier caso tienes muchas más ya echarles un ojo.

Para que no tengas que hacer arquelogia bloguera te pongo los enlaces. .

Por aquí todas las columnas de esta pagina, eso si de varios autores. Creo que mías hay 6.

http://sevillaescribe.blogspot.com/search/label/La%20Columna%20OcioZeta-Sevilla%20Escribe

Por aquí las mismas columnas, pero colgadas en el portal literario Ocio Zero. La columana es la misma, pero se puede ver otras intervenciones y otros puntos de vista.
http://www.ociozero.com/listado/etiqueta-adicional/sevilla-escribe

Y por aquí solo las mias en mi blog particular
http://tenderetedepalabras.blogspot.com/search/label/Columna%20de%20opini%C3%B3n

Venga un beso. Nos leemos.

PD: por cierto, ¿cómo crees que podrían ir algunas de estas columnas por prosó fagos? Mientra miraba los enlaces se me ocurrió el colgar alguna por allí.

Ángel Vela dijo...

Ese canijo!!!!!!

El autoinculpamiento es necesario, y el matizar, tu sabes que hay muchos odiadores por ahí, ejejje.

Totalmente de acuerdo con que es extrapolable a otros campos, pero como el tema iba de literatura y es en el que uno se mueve :P


Quizás no sea un problema actual, canijo, pero si creo que es cierto que se agrabó, antes podían existir los artistas mejores o peores, y se vendían como podían. Pero ahora son las propias editoriales las que invitan a mandar cualquier cosa, y medio llaman a tu puerta. A veces de buena fe, a veces como negocio para venderle a los cuatro familiares de los autores o como estafa, eso de medio autopublicarte y demás.

Aunque bueno, supongo que siguiendo las pautas de "El hombre y la letra", buena parte de los aficionados -cabretilla estarán a salvo :P

Ángel Vela dijo...

Félix, 411palabras, eeejejje. Por ahí te mando mi respuesta de 313 palabras , ejjeejej.
A lo tonto a lo tonto casi que te has escrito media columna;)
La verdad es que si que quita tiempo, demasiado, y de última algo más. Se empieza uno a plantear muchas cosas, pero bueno, de momento solo queda en eso.
En cuanto a tu sistema de escritura, creo que es el más adecuado y el que se recomienda en manuales de escritura y por los foros.
Los relatos son más inmediatos, el proceso es menor y la satisfacción llega antes. Una novela es una paliza. Yo de novela llevo varios intentos, pero que se puedan tomar en serio 2. El primero está en dique seco. Me volví loco escrbiendo y creo que lo que tengo, com o dice Canijo, es un tanto por cierto mayor o menor de varias novelas. Para la segunda si intenté atar más en corto, y aunque no puedo decir que se me hubiera ido de las manos, si surgieron un par de elementos que trastocaron el resultado de la ecuación y que abría que calibrarla antes de proseguir. A ver si me encuentro con tiempo y animos para seguir con ella. Como sabes ahora estoy con relatos y desafios. Me jode tenerla parada, ya no solo por el hecho en sí, si no porque uno piensa que terminarla es solo un paso, luego llegan las correciones, los envios a las editoriales, las esperas, y el el mejor de los casos, que alguien te diga que sí y te de plazo de publicación para dentro de un año y medio. El mero hecho de pensar que con muchisima suerte pueda ver la luz como muy pronto en el 2012, resulta bastante deprimente. Aunque bueno, supongo que consuela algo el saber que por lo menos no se está parado.
Venga un abrazo. Nos leemos.

Archivos del blog