domingo, 11 de enero de 2009

La libertad

Miraba al suelo desde la ventana y se imaginaba la sensación de dejarse caer al vacío, después cerraba los ojos y se agarraba al marco como si la vida le fuera en ello, como queriendo coger impulso. El porqué nadie lo sabía, todos lo tomaban por loco o por enfermo. Intentaron curarle pero nada funcionó, ni la hipnosis, ni la automedicación, ni las clases de autoayuda, todo había sido en balde, seguía siendo un incomprendido. Pasaron los años y se fue quedando solo, sus padres murieron, sus hermanos le renegaron y ningún pariente ni lejano ni cercano se quiso hacer cargo de él. Entonces cuando ya no quedaba nadie dejó de hacerlo, salió a la calle y miró a su alrededor, por primera vez en su vida lo veía todo desde otro prisma, ya no tenía ninguna atadura ni moral (lo tachaban de loco), ni social (no tenía a nadie), ni laboral (no trabajaba), lo único que le quedaba era su existencia y en ese momento rodeado de libertad y despojado de deber u obligación alguna que cumplir, en ese momento fue cuando empezó a vivir, comprendiendo lo que es la vida, amando su existencia.





Autor: Rafael De Alba Rodríguez (Morti)

Correo electrónico: john_difool(arroba)hotmail.com

8 comentarios:

Sharly dijo...

La verdad es que me ha gustado la idea y la forma de narrarlo, sólo hay un par de detalles que no me gustan.
En la primera frase dice mirándo al suelo desde la ventana, deberías aclarar de algún modo que no es el suelo de la habitación el que mira.
En otra frase dice agarrandose al marco como si le fuera la vida, si está lo bastante alto le va la vida si hace una estupidez.
Eso es todo felicidades por el relato.

weiss dijo...

Oye, está curioso, un tipo peculiar, y una manera interesante de formular la libertad. Curioso, sí señor, e interesante...

Ángel Vela dijo...

La idea me gustó, (me recordó el final de, el hombre menguante.

En cuanto a la prosa, creo que se podría pulir un poco más en algunas partes, y te comento con más tranquilidad ;)

JUAN PAN GARCÍA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JUAN PAN GARCÍA dijo...

Pues yo no me voy a meter en la prosa sino en la idea que transmites.
No sé si esa manera de vivir libre la soportaríamos nosotros, la gente"normal", adoctrinada y conducida como borregos en esta sociedad consumista; pero la alternativa que elige el protagonista de tu relato te aseguro que no es mejor:
Estamos hartos de ver en las calles y las puertas del Metro a indigentes bien preparados con estudios y carrera universitarias que abandonaron sus casas y familias o fueron expulsados de ellas, y, la verdad, no me gusta esa manera de vivir en libertad.
Ni en los titulados ni en la gente común: imaginarse cómo habrán pasado estas heladas noches en las calles y ya me diréis.

La prosa me ha gustado, ya te sugieren algunas cosas que lo mejorarían.
Saludos.

Yana dijo...

Me he quedado enamorada de tu proyecto, la verdad que los relatos que nos obsequias quitan el aliento.

http://sietesirenasvasaquererpecar.blogspot.com/

Unknown dijo...

Interesante el concepto, sí señor...me gustó el relato aunque sí que comparto que ni el ostracismo ni el libertinaje son libertad enr ealidad

Manuel Mije dijo...

Tiene su punto la reflexión de fondo; quién sabe qué liberación será la que nos haga verdaderamente libres... quién sabe...

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