viernes, 25 de diciembre de 2009

Nubes

Paseando un día muy nublado, fijé mi mirada en una nube especialmente negra.


La situé entre dos torres desde el puente al que estaba asomado. Retuve mi mirada intentando enfocar la distancia entre el pico de la nube y una de las torres. No llegaba a percibir movimiento, era una estampa congelada, hermosa, de un momento irrepetible a orillas del Sena.


Con nuestra vida ocurre como con esa nube. El día en que vivimos, el período en el que estamos, aparece congelado. En cuanto nos descuidamos, tan sólo un paseo por los alrededores del puente, la nube ya no está. Las torres continúan como referencias fijas, pero no hay nube que encuadrar en nuestro horizonte.



2 comentarios:

Sharly dijo...

Interesante reflexión, la cuestión es que es lo fijo y que lo que se mueve en nuestra realidad.
Nuestra pareja sería la nube o la torre?
Nuestro trabajo es la nube o la torre?
Nuestras aspiraciónes son fijas por que permanecen hasta que las logramos o son nubes por que aún no existen?
Espero que nunca vayas a un psicologo Salva te lo cargarías seguro...
Un saludo.;-)

David Moreno dijo...

Profunda reflexión. Me quede en las torres... la nube se me escapó.
Seguiré pensando.

Un saludo indio

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