He traído los dulces que te gustan. ¿Por qué no vienes?
Mientras sigo esperando, ya bien entrada la noche, un hombre de mediana edad se aproxima, mirándome con una extraña expresión de tranquilidad y enfado.
−¿Qué haces aquí? −pregunta como si me conociera.
−Espero a mi señora, quedamos para comer pasteles.
Al oírme sus ojos se llenan de lágrimas. Me cuenta que moriste hace años. Me pide que no vuelva a esperarte.
4 comentarios:
Me parece un relato muy bonito, como ya te dije.
Chao.
Gracias Nogales por dejar constancia por aquí ;)
Esto... ¿te ha pasado Guy algo de peyote? No termino de pillarlo o quizas no quiero terminar de pillarlo. Quizas la noche me transtorne. Un abrazo
Rafa, si no entiendes esto ve al medico y que te lo mire. Dificilmente podrías ser más simple.
Como no dejes las drogas, acabaras mal, ejejej
Un abrazo, mamón
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