martes, 10 de agosto de 2010

Tiempos Oscuros (Libro I, Prólogo)


Libro I: Sanction

Prólogo
Night and Dark



La madrugada solía sorprenderla habitualmente entregada al estudio. La pluma se deslizaba sobre el pergamino con fluidez, sin denotar signos de cansancio aunque llevara horas realizando el mismo movimiento automático con la mano. Los flexibles dedos no se le agarrotaban y las pausas que hacía se debían únicamente a la reflexión sobre qué pasaría si cambiaba el término exacto y comprobado por otro que aún no se hubiera utilizado antes. Las elucubraciones daban lugar a notas apresuradas en los márgenes que serían analizadas posteriormente, con el orden preciso y meticuloso que caracterizaban todos sus estudios, los que llevaba realizando desde hacía ya muchos años, desde que su alma se había consagrado a la oscura luz de Nuitari.



Sólo sus ojos se resentían, a veces, por el esfuerzo; su visión se tornaba borrosa y perdía la concentración. Se levantaba entonces del sillón y miraba por la ventana donde los últimos rayos de Lunitari se escondían ya por el horizonte. Nuitari había iniciado hacía rato su descenso. El sol no tardaría en salir.


Un gesto de sus esbeltos dedos avivó el fuego de la chimenea, una palabra de sus carnosos labios ordenó los pergaminos que habían estado extendidos sobre la mesa dejando ver la superficie pulida de la madera. Una corriente de aire frío le recorrió la espalda. Se dio la vuelta. Su esbirro espectral se materializó en una imagen borrosa delante de ella.

—Efaistion. Has tardado mucho —sus labios se entreabrieron en una sonrisa irónica—. ¿Te has divertido en Sanction?


El espíritu no hizo caso de la burla implícita en las palabras de su ama. Con su cuerpo de hombre había sido un poderoso hechicero, una vez, hacía mucho tiempo, pero sus lazos con el plano mortal habían desaparecido hacía ya una eternidad y no envidiaba la carne humana ni sus debilidades; sólo el poder de la hechicera de oscura túnica le impedía partir hacia el próximo plano de existencia.

—No estaba allí —la voz espectral sonó sin emoción, sin importarle el sobresalto que había causado a la hechicera.

—Debía estar allí. Dracart está en Sanction, de eso estoy completamente segura. Se esconde en alguna parte de esa ciudad maldita. Su laboratorio debe estar protegido por hechizos poderosos, tal vez lo has pasado por alto.

—No estaba allí —volvió a repetir el espectro con su voz firme y segura.


Los dedos de la hechicera tamborilearon nerviosos sobre la pulida madera de la mesa, era evidente que su esbirro decía la verdad. El espectro no era capaz de mentir ni de pensar por sí mismo, sólo de obedecer. Pero entonces… ¿dónde demonios se había escondido aquel maldito hechicero? Hacía ya más de un año que sus caminos se habían cruzado, cuando el Túnica Negra le había anunciado orgullosamente sus intenciones de prestar sus conocimientos mágicos al servicio de Su Oscura Majestad, la diosa Takhisis, que planeaba un regreso glorioso a Krynn después de sus largos años de exilio. Dracart le había contado a grandes rasgos el proyecto en el que se había comprometido a participar, un proyecto con el que obtendría resultados que ningún otro mago había logrado antes. Su magia contribuiría a crear lo que ningún mortal podía conseguir, alcanzaría la cima de su poder, todo lo que deseaba estaba a su alcance gracias a la Reina de la Oscuridad.


Las palabras de Dracart habían sido elocuentes e inquietantes pero estaban vacías. El hechicero no había sido más explícito. Había gesticulado grandilocuentemente, había despertado la curiosidad de su colega y había desaparecido, dejándola al margen de lo que fuera que la Reina de la Oscuridad estuviera planeando. Lejos de tomárselo como un farol, la hechicera había creído las palabras del Túnica Negra. Las fuerzas de la oscuridad estaban muy revueltas en los últimos tiempos, habían aparecido clérigos oscuros por primera vez desde el Cataclismo y entre ellos se hablaba con confianza del próximo regreso de la diosa al mundo del que había sido expulsada. Los rumores de la concentración de tropas en Sanction habían llegado a sus oídos hacía ya tiempo y muchos Túnicas Negras habían partido hacia allí atraídos por la llamada de Takhisis. Sin embargo, a pesar de que los planes de la Diosa eran intuidos por todos los que caminaban en las sombras, la Reina Oscura no había hablado con ella. Desde el momento en que se convirtió en la portavoz de los Túnicas Negras la diosa había actuado como si Ladonna no existiera.


Su lealtad a las fuerzas de la oscuridad había estado clara desde que asistiera a su primera clase de magia. Su carrera dentro de la Orden había sido meteórica y era considerada por sus colegas como la Túnica Negra más poderosa de Krynn. Era la mejor hechicera de su generación. Sin embargo, a pesar de ello, no contaba para los planes de la Reina de la Oscuridad.


¿Qué secretos se guardaban entre los ríos de lava de Sanction? Sólo habían llegado hasta ella rumores absurdos, palabras murmuradas apresuradamente al oído, pequeñas notas a pie de página que no sabía si creer o no. Necesitaba una prueba, algo que le indicara que todos aquellos comentarios que le habían hecho eran ciertos, algo que le permitiera actuar en consecuencia. Necesitaba un as oculto bajo la manga. Algo que le permitiera participar en el juego que ya se estaba desarrollando.

—Dracart tampoco está en Wayreth, lleva un año sin aparecer por Wayreth, ni siquiera se molestó en dar una excusa cuando faltó al último cónclave —dijo para sí recordando con un estremecimiento la última vez que visitó la Torre de la Alta Hechicería.

—No, mi señora —respondió el esbirro.


No podía arriesgarse a ir a Wayreth a buscar información. No en las circunstancias actuales. Par Salian presentía algo y lo sabría en cuanto la viera, no habría forma de ocultárselo. Lo notaría en su voz, lo leería en sus ojos. Habían estado demasiado unidos. Y Ladonna no quería que el jefe del cónclave supiera nada, al menos no de momento, no hasta saber cómo podría utilizarlo en su beneficio.

Los labios de Ladonna se curvaron en una mueca de fastidio. Su presencia en Wayreth no era beneficiosa para nadie, no conseguiría la información que buscaba y dejaría un rastro que husmear a Par Salian. El archimago también debía estar inquieto por la desaparición de Dracart y si ella aparecía de pronto por la Torre haciendo preguntas sólo contribuiría a despertar más sospechas en el Jefe del Cónclave y la Reina Oscura tendría aún más motivos para desconfiar de ella. No, no podía ir a Wayreth. De todas formas no esperaba obtener ninguna información importante allí, todos los que sabían algo se mantenían prudentemente alejados de la Torre de la Alta Hechicería.

—Tiene que estar en Sanction, no puede estar en otro sitio.


Ladonna volvió a sentarse. Sus ojos, oscuros como la luna a la que servía, recorrieron cada rincón de su sala de estudio, como si a su escrutinio Dracart fuera a manifestarse entre las páginas de uno de sus libros.


La hechicera buscaba una pista, una idea, una señal de lugar donde el hechicero se había escondido para llevar a cabo su importante experimento. Tenía que estar en Sanction o en sus alrededores, no había otro lugar en Ansalon al que pudiera haber ido. Tenía que estar allí. De repente su mirada se detuvo sobre uno de sus libros, un antiguo tomo encuadernado en piel que nunca había leído pero que trajo a su mente recuerdos de otros tiempos, de otros lugares y otras conversaciones junto al fuego de la chimenea.

—Es eso, el Templo —dijo recordando la única vez que había visitado la sofocante ciudad de Sanction—. Debe estar en el Templo de Luerkhisis, protegido por los clérigos oscuros, por eso no has podido detectarlo.


Los penetrantes ojos de la hechicera se cruzaron con las cuencas vacías del espectro en una muda orden.

—No podré entrar en el Templo, mi señora —afirmó el espíritu con su voz neutra.


Era cierto, los hechizos que protegían el Templo de Luerkhisis no permitían la entrada de ningún sirviente mágico. Los clérigos de Su Oscura Majestad confiaban en los Túnicas Negras tanto como éstos en los clérigos, si mandaba a Efaistion corría el peligro de que su sirviente quedara atrapado en el Templo, en poder de los clérigos oscuros.


Ladonna retiró su mirada del espectro y apoyó la cabeza sobre las manos. Podría mandar a uno de sus aprendices. un mago hábil que supiera donde buscar y cómo hacerlo sin levantar sospechas. Un mago no lo suficientemente peligroso como para llamar la atención pero sí lo suficientemente inteligente como para descubrir la verdad que se escondía tras los rumores. ¿Alguno de sus aprendices sería capaz de hacerlo? Ladonna los repasó mentalmente uno a uno. Tal vez. Pero sacrificar un aprendiz en ese momento era tan inconveniente como sacrificar a un espectro con el añadido de que Par Salian lo sabría y su mirada inquisidora se volvería hacia ella. Ya tenía demasiados problemas, lo que menos necesitaba en ese momento era al Jefe del Cónclave metiendo las narices en los planes de la Reina Oscura. Sin embargo, un aprendiz podría tener éxito mientras que un espíritu se sacrificaría en vano.


La hechicera levantó los ojos y miró fijamente la figura translúcida que tenía delante de él. Hubo un tiempo en que Efaistion había sido mortal y Ladonna lo sabía.

—¿Qué harías tú, Efaistion, si estuvieras en mi lugar? —Ladonna extendió una mano y su dedo índice rozó al espectro.


Efaistión se estremeció. Su espíritu recordó de nuevo y fue capaz de comprender la pregunta y pensar en ella. Al sentir de nuevo la consciencia penetrando en su alma el espectro se resistió. Ladonna apretó con más fuerza su dedo sobre la nube gris que formaba la imagen del fantasma. Efaistión tuvo que contestar.

—Buscaría a alguien capaz de entrar en el Templo —las cuencas vacías del espectro relampaguearon de rabia, el espíritu hubiera deseado no contestar pero era incapaz de sustraerse al poder de la hechicera. Había recordado por un instante lo que era estar vivo. Ahora su espíritu sentiría el anhelo de la carne durante cientos de años.


Ladonna retiró su mano y asintió; con un gesto distraído volvió a fijar su atención en los pergaminos perfectamente ordenados sobre su mesa. Por supuesto. Era lógico. Alguien capaz de hacerlo.

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Imagen de Erdinmor

19 comentarios:

Emilio Luna dijo...

Me gusta este tipo de literatura, se lee bien es amena y muy entretenida. Has leido Canción de Hielo y Fuego? Mucha suerte en los premios 20 blogs, que supongo que por ahí me conocistes a mí, cuenta con mi voto. Un saludo.

Emilio Luna
http://elantepenultimomohicano.blogspot.com/

Rafael Pavón Reina dijo...

Me ha parecido muy interesante vuestro blog. Os he enlazado. Gracias por tus palabras en mi blog de poesía. Un saludo.

Capitán de las Sardinas dijo...

Muy buen blog hermanos Sevillanos ;) Os deseo que tengais suerte en el concurso (aun que no hace falta XD) Y que cuando ganeis, acordaros de nuestro blog XD

He pensado en hacer publicidad de tu blog, pero claro, a cambio de que tú nos publicites ;)
Un saludo, si aceptas la petición, ponme un comentario!

ANRAFERA dijo...

Felicitaciones por el blog. Muy interesante. Me gusta la manera de narrar, es amena y fácilmente digerible. Paso a votarte en 20 Blog y...mucha suerte¡ Saludo cordial

ramon dijo...

el humor tambié se parece a la poesía consiste en encontrar las palabras exactas que hagan reacción... es una reacción es como la ciencia... se repite en poesía en el humor, en el amor... es magia, quizá, bueno lo es.

Creatiz y Artista J. Antonio Fontal Álvarez dijo...

Bonito y sencillo. Un cordial saludo.

APU Barcelona dijo...

Hola Relana.
¡Bienvenido a mi blog, gracias por la visita! Te he dejado una respuesta.

Veo que participas en los premios20 blogs, lo siento, ya he votado es ésta categoría pero tendré en cuenta tu blog para otra ocasión.

Espero que sigamos en contacto, un abrazo desde Barcelona.

Raelana dijo...

Gracias por el comentario, Emilio, de Canción de Hielo y Fuego he leído el primero, estoy a ver si aprovecho las vacaciones para leer el segundo. Por tu blog estuve dando vueltas ayer, me gustó mucho. ;)

Gracias, Rafael ;)

Capitán, pues... yo soy nueva y no sé bien cómo va lo de enlazar blogs, se lo comentaré a los demás ;)

Anrafera :D Estuve esta mañana viendo tu blog ¡Me han encantado tus imagenes! Gracias por pasarte ;)

monet, tienes razón, todo consiste realmente en lo mismo, provocar emociones, cada uno escoge una forma distinta para conseguirlo.

Anjo Alfon Gracias por pasarte y comentar :D

Apu, no he visto tu blog todavía, fue uno de mis compañeros del colectivo. Lo avisaré ;)

Gincrispi dijo...

Siempre me ha gustado este tipo de textos, me atrae esa la atmósfera que se crea. Por cierto... ¿cuánta gente participa en vuestro blog?

La sonrisa de Hiperion dijo...

Pasé a echar un ratito de lectura, y como siempre me voy encantado...

Saludos y un abrazo.

Manuel Mije dijo...

Bueno, ya te dije en su momento que no leía literatura del palo fantasioso-épico desde hacía tiempo. Vamos a probar con los tuyo. ¿Esto es aquello basado en mundos de la Dragonlance? Es igual en todo caso, supongo que se podrá seguir sin haber tenido que leer antes esa saga.

Y bueno, de momento bien, una presentación inicial de personajes, un poco de la situación y supongo que la clave de quién será el prota, que intuyo es ese aprendiz elegido. Vamos a ver qué tal avanza, en tus manos me pongo...

johnny dijo...

Gracias por tu visita y comentarios. Me alegro que te hayan gustado las fotos de Barcelona.
Suerte

ANRAFERA dijo...

Muchas gracias por el enlace que habeis puesto de mi blog. Paso a poner el vuestro. Un placer y cordial saludo

Raelana dijo...

Gincrispi, la verdad es que no sé cuantos somos exactamente, no todos los miembros del colectivo colaboran en el blog y también recibimos aportes de invitados, así que no podría darte un número exacto, un día de estos me pondré a contar los que somos. ¡Gracias por leer!

La sonrisa de Hiperión gracias por pasarte, me alegra que te haya gustado. :D

CanijoSí, esta es la novela ambientada en Dragonlance de la que te hablé. No creo que tengas problemas, es completamente independiente y creo que todo está bien explicado, de todas formas si tienes dudas sobre algo, pregunta ;)

Johnny ¡Gracias por pasarte! Me encantaron tus fotos :D

Anrafera :D Gracias a tí. ¡Nos leemos!

Perikiyo dijo...

¿Sabremos quién es capaz de hacerlo?

Me ha gustado.

De hecho, me ha gustado tanto, que me voy a quedar por aquí. Acabo de votar por este blog en los premios 20 blogs y lo he enlazado en el mío, para enterarme de las actualizaciones.

Saludos.

Anónimo dijo...

Que maravillosas son las lecturas que movilizan nuestra imaginación, un ejercicio casi extinto, gracias por mantenerlo con vida y de la mejor manera. Es un placer inmiscuirse en su blog, enlacé su sitio en mi blog así mis conocidos puedan poseer la oportunidades de conocerlo, espero que sea de su agrado, de lo contrario solo háganmelo saber. Saludos cordiales.

Óscar Torres Gestoso dijo...

Raelana leyendo el primer capítulo me han venido a la mente los libros de la Dragon que leía de adolescente... Cuantas horas he pasado junto a Raist, Flynn, Tanis... pero sobre todo con Tass.

Un saludo :)

Natalia... dijo...

Esto de participar en un concurso abrio ante mi un velo de talento que reconozco en muchos de los blogs en los que invierto mi tiempo. Y asi una cosa lleva a la otra, y gracias al atento Baron llegue a uds y a esa prosa magica. Logran que la imaginacion despegue, que asociemos situaciones, o que nos dispersemos por unos momentos. Es la magia de la lectura, la que aprendi a amar de chiquita...aunque la vida me llevo por otros rumbos.
Si les interesa, les dejo la dire de mi rinconcito:
http://histeriasdemi.blogspot.com
Un placer haberlos descubierto!

Argelia dijo...

Hola SE interesante tu blog, y leer algunas notas invitan realmente a meterse en la lectura de algunos de los libros que comentas.

Felicidades, suerte en el concurso.

Nos seguimos.

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