sábado, 13 de diciembre de 2008

La ruta de ellos II

... Sin duda estaban buscando algo, tal vez a él.


Durmió pesadamente hasta casi el medio día. Al despertar sentía dolor en todo su cuerpo, por lo que con un movimiento lento hasta el ridículo se puso en pie y frotándose los ojos se reconoció a sí mismo en medio de la playa. Estaba seguro de haberse quedado dormido apostado en la roca sobre el cerro de la isla, y sin embargo ahora al salir del sueño, parecía haber pasado la noche en el mismo lugar por donde la noche anterior contempló aquel par de sombras. Un escalofrío le sacudió. Tiritaba de miedo recordando su último pensamiento antes de quedarse dormido. Si le buscaban a él, ¿le habrían encontrado?, ¿las sombras serían las responsables de su transporte hasta la playa?, y de ser así ¿qué querrían de él? Se tambaleó un poco y camino torpemente buscando alguna huella por la arena pero, nada de nada, sólo las patas de las gaviotas habían dejado aquí y allá las marcas de sus pisadas. Ni siquiera las suyas marcaban los pasos de su llegada hasta el lugar. Era todo tan extraño.


Paso el resto de la tarde sentado a la orilla del mar. Miraba el horizonte con la esperanzada desgana de que algún barco pasara frente a la costa. Prefería no pensar y, en la medida que la noche lo bañaba todo en oscuridad se sentía más inseguro. Recordó entonces una gruta en la pared del acantilado. Se veía con dificultad desde arriba y por ello le pareció el sitio más seguro para pasar la noche. Intentaría descender hasta ella por la pared, y con un poco de suerte sería lo suficientemente grande como para darle cabida.


Con una fuerza renovada emprendió el camino que a su izquierda llevaba directamente hacia su nuevo y seguro destino. Alcanzó rápidamente la cornisa, y aunque la noche era ya casi cerrada, se asomó desde arriba y contempló con cierta sensación de vértigo a unos cinco o seis metros por debajo, la entrada de la gruta. Se acuclilló primero y después descolgó los pies en primer lugar por el precipicio, para sentado empezar a deslizarse por la pared. La sensación de inseguridad era mucho mayor sobre ella que cuando la vio desde arriba. Parecía muy vertical pero estaba en un punto en el que el retorno era casi imposible. Paró un momento para tomar aire. Ahora no sentía miedo por ellas, de hecho ni se acordaba de las sombras, ahora sabía bien que podía caerse sobre las olas que con gran estruendo batían bajo él. Había descendido más de la mitad del trayecto y permanecía sobre una pequeña terraza de la que debía saltar un poco a la derecha en un descenso de casi un metro para ir a caer sobre otra algo mayor que en vertiginosa rampa llegaba hasta la entrada de la cueva. Calculó el salto y se impulsó levemente atenazado por el miedo, pero fue tanto lo que pegó su espalda a la roca y tan corto el esfuerzo que apenas si la punta de su pie alcanzó la base que buscaba. Se supo en el vacío sin apoyo y entonces la negrura de la noche, rumbo a los bramidos que lo esperaban hambrientos.


El terror sólo le duró un instante. Enseguida se encontró en la playa sentado frente a dos figuras, las sombras sin duda, que le sonreían amables. Eran su madre y otra mujer, alguien que no acertaba a reconocer.

3 comentarios:

Ángel Vela dijo...

Bueno pues leido ;)

Decirte que a mi parecer el relato corre bien, aunque el final me parecíó algo precipitado, y desconcertante. Quizas haciendo un poco más de hincapie en las sombras, o que se hubiera caido mientras estas lo perseguian creo que me hubiera parecido algo más acertado.

Pese a no llenarme, si te diré que creo que aquí tienes el germen de una buena historia.

Venga una abrazo. Nos leemos;)

Manuel Mije dijo...

Pues vuelto a leer como hablamos, la verdad es que me sigue produciendo más desconcierto que sorpresa y no veo asidero claro para sacar la conclusión que me dijiste.

Rafael Ayerbe dijo...

Leído está. Coincido en parte con lo que dice Ángel; el hilo del relato me parece bueno, pero quizás el final es algo "de sopetón" en comparación con lo que redactas anteriormente. Quizás una mayor extensión te pueda dar un mejor final.
Palabras de un humilde ciudadano :P
Ánimo y a seguir escribiendo.

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