jueves, 19 de febrero de 2009

Serie linkada, nº 1



Solo lo hiciste un momento;

Mas quedaste, como en piedra,

Haciendolo para siempre


Juan Ramón Jiménez



Solo lo hiciste un momento, pero mereció la pena. Después de que mataran al Ché, que Fidel se volviese un dictador senil y que el subcomandante Marcos se nos olvidase con sus indios en Chiapas, el mundo se había quedado sin rebeldes contra la globalización liberal y la cruzada del hombre contra el sistema había sido dada por finada de inanición. Solo tú, en tu instante de heroísmo, tomaste el estandarte caído y pisoteado de los desheredados de la Tierra. Ese compact que te escondías en tu anorac de mercadillo, mangado al mismísimo Corte Inglés, era el simbólico embrión de La Revolución.

Mas quedaste, como en piedra, mirándome incrédula. Aquel era uno de esos segundos en los que el Amor jugaba a ser funambulista, tambaleándose entre la continuidad y el negro abismo. Dudé, y lo supiste al instante: no pude escapar de la Verdad, tan enemiga Felicidad que ante mis palabras estallaba en pedazos. Lo admití: Si, yo he sido el del peo.

-Haciéndolo para siempre-. Eso le dije al dependiente. No se me ocurrió nada mejor para la lápida, pero era lo único adecuado que me vino a la mente al pensar en él. Lo conocía de tan poco. Era el primer amante que se me moría en la cama, y decidí que sería el último. A partir de ese momento, me negué enrollarme con ninguno de mis compañeros, decidí solo tirarle los tejos a los enfermeros. Los despechados del asilo me dicen que estoy loca, pero yo sostengo lo que siempre me dijo mi madre “quien tuvo, retuvo”; además, que yo ya no tengo en corazón para otro disgusto.


Relato publicado originariamente en:

http://palabrasmicrobioticas.wordpress.com/2008/06/04/serie-linkada-n%C2%BA-1/

3 comentarios:

María (LadyLuna) dijo...

Un relato original.
A mí desde luego no se me habría ocurrido jeje.
¡Un saludo!

Morti dijo...

Ostias, está muy bien, me ha gustado mucho.
Perdón por no escribir antes pero el trabajo absorbe mucho. Quizás demasiado. un abrazo

Manuel Mije dijo...

Un juego chulo, Vito. Merece la pena jugarlo...

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