martes, 3 de junio de 2008

La Biblioteca Fosca Nº1: El Kraken (Círculo de Escritores Errantes)

Chocos fritos, puntillitas, calamares, sepia, jibia, pulpo a la gallega, etc. Cefalópodos todos ellos que nos deleitan culinariamente hablando sin preocuparnos de los pulpitos huérfanos o las choquitas viudas que dejamos atrás por nuestro insaciable apetito.
Pero cuando el calamar que se cruza en nuestro camino es el primo de “zumosol” de tan desventurados seres acuáticos, el terror nos anuda el estomago, el sudor frío nos recorre la espalda y nuestro cerebro, si es capaz de reaccionar, piensa sólo en expiar nuestro pecado de la gula practicando el deporte de salir por patas.
Y los responsables de intentar hacernos practicar este sano deporte que es el de poner un pie delante del otro rápidamente, vuelve a ser la biblioteca fosca con su segundo número —aunque en la portada aparezca un uno, las cosas de empezar a contar desde cero—, devolviendo a escena a otro ser clásico del terror: El Kraken.
Ya la editorial, que comienza con un bonito paseo por Paris —no digo romántico porque el autor va con el suegro—, prepara nuestro subconsciente ante lo que en páginas siguientes tenemos que leer. Entreabre una puerta donde el Kraken, el ser de las profundidades aún no franqueadas por el ser humano, es la personificación del miedo que experimentamos ante lo desconocido, la esencia pura del terror.
Pero a medida que vamos leyendo en las páginas interiores, los mismos autores se encargan de “desmitificar” el mito, bien sea por rememorar los miedos causados por este ser sólo en la niñez o por darle un toque sarcástico, e incluso humorístico en ciertas ocasiones, a través de los artículos y secciones que parecen que van a ser más o menos fijas en la revista, y en las que no me voy a detener demasiado, pasando simplemente a mencionarlas brevemente.

La relación de dichos artículos podemos comenzarla con el Kraken en el cine —en esta ocasión la revista incluye dos artículos sobre el tema aunque puedan ser catalogados como antagónicos entre sí: uno sobre las apariciones de este monstruo en el cine y otro sobre lo olvidado que lo tiene el celuloide. Dependerá de nosotros ponernos de parte de una o de otra opinión—. Continuarla con las intervenciones del monstruo en los videojuegos y en los comics, y finalizarla con la faceta más intelectual de este ser: sus apariciones en la literatura. En este caso son tres los géneros comentados en sus respectivos artículos: el primero entraría dentro de la literatura clásica de aventuras—interesante ensayo sobre la aparición de un calamar gigante en Moby Dick—. El segundo versaría sobre la literatura fantástica —aquí confieso que Moorcock no es de mis preferidos— y el tercero se relaciona con el género de la ciencia ficción.
Y antes de meternos a comentar algo sobre los micro-relatos y relatos, quiero mencionar otras secciones que se vislumbran fijas en la revista, como son la de dar consejos sobre como escribir, en este caso sobre el Kraken, sin caer en tópicos; la de “una incursión en el arte contemporáneo” —no sabía yo que había tanto arte moderno sobre pulpos—, y la entrevista a un personaje que, de alguna manera, ha tenido relación con el Kraken y a la que pongo un solo pero: la vehemencia del entrevistador por lo paranormal, que acaba por cansar un poco. Respecto al entrevistado, una historia digamos...“alucinante”.

Mención aparte merece “La llamada de Cthulhu”, breves tiras cómicas repartidas a lo largo de toda la revista que espero os hagan reír tanto como a mí.

Y por fin llegamos a los relatos. Pero antes de nada quiero avisar de una cosa. No soy de los que reseñan un relato destripando todo el contenido. Prefiero que sea cada uno de los lectores el que descubra la trama. Sólo me voy a limitar a dar una clasificación según mis gustos y una breve introducción de cada texto. El resto, os lo dejo a ustedes.
En este número de la revista se incluyen cinco historias entre las que destaco a “El gigante del abismo”, de Alexis Brito. Una historia donde el personaje principal queda retratado hasta en sus más profundos sentimientos y una ambientación que te sumerge en la historia de principio a fin.
En segundo lugar, me ha llamado la atención “El viejo y el mar. Y el extraño. Y el Kraken”, por Pedro escudero, de la que solo voy a decir que menudo abuelo y “peazo” bicho el Kraken del relato.
A estos dos relatos le sigue “Con esas cosas no se juega”. Su autor, Ángel Vela “palabras”, nos deja ver su impronta aunque haya intentado retener su pluma, y en el que puedo destacar la documentación histórica respecto al barco en el que se desarrollan los acontecimientos: el Atlanta. Del relato en sí, decir solo: pobre niño, menuda familia tiene…
Y según mi clasificación dejo para el final dos relatos que no he debido saber disfrutar: “Howie”, de Santiago Eximeno. Donde se nos recrea lo que puede ser una pesadilla —no he sabido ver más—, y “Amores extraños: informe preliminar”, de Daniel Pérez. Del cual decir que aunque la idea parece bastante interesante, necesitaría de unos informes algo más completos y una ilustración de las no operadas no vendría nada mal.

Para finalizar ya con esta larga reseña, mencionar los micro-relatos y poesía que salpican la revista y entre los que me gustaría destacar “El habitante de la gruta”, de Juan Ángel Laguna, y “Victoria Pírrica” de Manuel Mije. Este último, de lo mejorcito de la revista junto con el relato de “El gigante del Abismo”.

Y con esto termino esta larga reseña. Espero que disfruten este nuevo número de “La Biblioteca Fosca” y la acompañen de un buen pulpito a la gallega, o chocos fritos, o...

Para descargar:
http://descargas.ociojoven.com/BF/elkraken.pdf

Autor: F. Jesús Franco

Correo: francoix10(arroba)hotmail.com

2 comentarios:

Morti dijo...

Ahí esta ese tio, al final te ha quedado hasta bien jajaja, esta simpática (sobre todo el principio) y los retoques dados la han mejorado mucho creeme.

Un abrazo

Manuel Mije dijo...

Te quedó chula la reseña, Fran. Ahora lo que toca, como hizo Ángel, es que te dejes caer con un relatillo, artículo, reseña o lo que se te ocurra; y si es en plan cachondo como en este caso, mejor.

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